No cabe duda que durante los últimos días los dirigentes de los Partidos Políticos han tenido que tomar decisiones importantes. Desde participar o no en las elecciones regionales, hasta decidir si apoyar la juramentación de los Gobernadores electos ante la ANC. Más allá de juzgar las decisiones que se hayan tomado, algo que muchos han hecho y que en cierta forma implica opinar sobre algo sin mayores conocimientos de causa, lo que sí se puede analizar es la manera como dichas decisiones son tomadas, o al menos argumentadas frente a la opinión pública en general.
La juramentación de los Gobernadores de AD ante la ANC muestra algo que se debe señalar, más que el haberse juramentado señalar que fue porque los sectores populares los apoyaron es, una vez más, no asumir responsabilidades. Para pocos es un secreto que a mediados de este año Ramos Allup se encontraba viajando por el país, sin duda con una agenda electoral, por lo que el participar en las elecciones regionales y posteriormente someterse al reconocimiento de la ANC es coherente con la apuesta que ha hecho la tolda blanca durante el 2017, más allá de juzgar las razones detrás.
Ahora bien, el jugar a dobles discursos es lo cuestionable, como también lo es el intentar escudarse en algo tan abstracto como “los sectores sociales”. En ese jugar en las sombras, esa política de pasillo, es la que ha logrado desarticular a una mayoría que quiere un cambio Político en el país. Esta vez ha sido AD el que ha quedado
Diego Lombardi
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