Apareció Raúl Rivero con una tarea de las suyas. Seis innings, una carrera y sólo cuatro hits. El único tramo difícil, el tercero, se lo alivió el Zulia corriendo mal. Le habían anotado una rayita, y con corredores en tercera y segunda, Yelsin Gudiño se lanzó al plato con una rolata de frente al shortstop. Allí se creció el cumanés y lo demás fue fácil en el resto del careo. El relevo funcionó de acuerdo a lo previsto.
Entre Jhondaniel Medina, Ricardo Gómez y Ryan Kelly sólo toleraron un imparable en tres episodios y la defensa se encargó de un respaldo efectivo, jugando de manera impecable. Una entrada de buen ataque le bastó a Cardenales para obtener la tercera victoria en línea. Cuatro sencillos y un triple de dos marcas por Yojhan Quevedo resultaron suficiente daño ante el abridor Édgar De La Rosa. El catcher llegó a nueve empujadas en tres juegos y está de moda.
José Moreno mantiene intocado el lineup ganador porque le está dando buena renta. Volviendo con Rivero, hizo su trabajo de siempre, con la faena más larga de algún abridor cardenal en la campaña. Su trabajo fue más elocuente al anular en siete turnos oficiales el poder de Vidal y Houchins, quienes entre ambos suman nueve jonrones.
Aparte del triunfo, la cueva estaba alegre esperando el debut de Carlos Rivero, la puesta a punto de Tiago Da Silva y la cercanía de la primera apertura de Williams Pérez. Hoy, seguramente con más concurrencia que ayer, veremos al Magallanes.
