Cuando los límites del corazón no conocen de fronteras para una buena obra, quien lo lleva en cada latido es un humano de verdad.
Cecilia lo tuvo. Y aunque pasó a la eternidad de las almas sublimes en Dios, su caridad sigue presente en este mundo a través de su legado que hoy extiende su hijo, quien prolonga su petición de apoyar a quienes ella supo ayudar desde la compasión.
Ella era Cecilia Tarazona, mujer con temple que enfrentó gallardamente un cáncer de colon, pero frágil para la solidaridad.
Visionó una fundación, actualmente activa, que toma de la mano a las personas que padecen esta terrible enfermedad. Lo agradecen.
Era licenciada en Informática. Desde los 16 años empezó a trabajar en Pdvsa destacándose en su área hasta pasar a jubilación a principios del 2000. Luego se desempeñó como administradora en Caracas, donde vivía, hasta ocho meses antes de fallecer.
En el 2003, en una prueba de rutina le son detectados pólipos cancerosos en el colon. Es operada y sometida a una colostomía, con post tratamientos de quimioterapia.
En abril de 2012 le detectan metástasis en el hígado, y en octubre de ese mismo año fallece, justamente el día que cumplía años Mauricio Tribiño, el menor de sus dos hijos, a quien le encomendó cumplir su legado.
Fue quien le brindó todos los cuidados, entregándole más allá que el amor de un hijo: sus ganas de verla vivir.
Su acción está presente
Cecilia falleció el 29 de octubre de 2012, hace hoy cinco años.
Meses antes de morir, durante su convalecencia, ayudó a quienes como ella tenían este terrible cáncer, donándoles de sus propios recursos gasa, tratamientos de quimioterapia (cajas de xeloda), cajas de bases y bolsas que cubren la colostomía, analgésicos, protectores de colchón y pañales, entre otros insumos altamente costosos en la actualidad.
En esos días sintió la necesidad de crear una organización que sumara más voluntades para seguir masificando la ayuda a esos pacientes, y se la encomendó a Mauricio.
Así, nació en Caracas la Fundación Cecilia Tarazona contra el cáncer de colon (Fundacecil), que cuenta con un equipo multidisciplinario aliado de médicos, psicólogos, oncólogos y nutricionistas que ofrecen consultas gratuitas.
Pero además lleva a cabo el desarrollo de campañas de prevención contra este cáncer a las personas sanas, orientadas a tener buenos hábitos alimenticios, positivos cambios de vida, y advierte de las consecuencias de la bebida, el cigarrillo y la mala vida.
También utiliza el deporte mediante un grupo de jóvenes para prácticas saludables de ejercicios y conocer de nutrición para prevenir el cáncer, porque hoy sólo se come lo que se puede.
En Barquisimeto 17 pacientes reciben de dicha fundación asistencia para el tratamiento de quimioterapia, previa presentación del respectivo informe médico. Se trata de personas desde 20 años en adelante, principalmente estudiantes, sostenes de familias y profesionales en todas las áreas.
Condenados a sobrevivir
En Venezuela, la falta de insumos y material descartable compuesta por la base y una bolsa desechable usada en la colostomía, que no se importan al país desde hace siete años de Estados Unidos y Europa, ha hecho que los pacientes no puedan llevar una vida normal.
Por el contrario, están obligados a emplear otros materiales que no cumplen la función mínima sanitaria y quedan a riesgo de contraer infecciones y desprender malos olores de su cuerpo, con todo el efecto psicológico que ello acarrea. Se colocan tirro de electricistas, trozos de guantes de látex pegados con tirros y cinta adhesiva.
A raíz de la escasez de este insumo médico, comienzan a llegar a Venezuela desde China algunos de estos dispositivos, pero de muy baja calidad en su durabilidad, apenas soportan siete días, cuyo costo de la base sola sin la bolsa es de 250 mil bolívares.
Los importados son de mejor calidad y brindan bienestar al paciente.
Es por ello que la Fundación se esfuerza con una red de instituciones, amigos y voluntarios a gestionar estos insumos, así como consultas a pacientes en los lugares donde ellos habitan: Barquisimeto, Yaracuy, Portuguesa, Puerto Ordaz, Carabobo, Aragua y Caracas, entre otras, y que no cuentan con un dispensario, sino con médicos aliados de gran corazón.
Más que consultas ellos requieren tratamientos post operatorios y la fundación está ahí apoyándolos.
La satisfacción del paciente es un constante agradecimiento, dan todas las bendiciones del mundo desde el sufrimiento.
Cabe destacar que la Fundación Cecilia Tarazona contra el cáncer de colon es la primera y única en Venezuela, cuya presidencia recae en Mauricio Tribiño, quien con esfuerzo sostenido la mantiene en memoria de su madre, tal como ella se lo encomendó.