El gobierno del presidente Donald Trump aprobó el lunes el regreso de varios de sus diplomáticos a Venezuela, de donde fueron retirados en julio durante los momentos álgidos de las protestas antigubernamentales.
La instrucción se incluyó en la más reciente advertencia para viajeros que emitió el Departamento de Estado, en la que una vez más pidió a los ciudadanos estadounidenses que eviten viajar a Venezuela debido a la creciente actividad delictiva y la agitación social y el desabasto de medicamentos.
Más de 100 personas murieron y cientos más resultaron heridas durante las manifestaciones previas al referendo del 30 de julio sobre reformar la constitución venezolana, un proceso que fue boicoteado por la oposición.
Pero las calles lucen más tranquilas actualmente, después de que la Asamblea Constituyente inició labores y el presidente Nicolás Maduro se ha consolidado en el poder al reprimir la oposición y ayudar a sus aliados a obtener un sorpresivo triunfo en las elecciones regionales de este mes.