En varias oportunidades he insistido en lo que significa entender los fenómenos económicos que se presentan en el mundo y en especial en el siglo XXI en los países latinoamericanos. Fenómenos económicos muy relacionados con el liderazgo político e ideologías políticas ampliamente conocidas en el mundo con visiones equivocadas o acertadas por gobernantes.
Lo que se ha llamado socialismo en Europa es diferente en la inmensa mayoría de los países latinoamericanos; pero dentro de los países latinoamericanos también hay diferencias muy notables como son los casos de Bolivia, Ecuador, Brasil, Chile, Perú, Argentina, Nicaragua y Venezuela; países que se manifiestan con la doctrina política del socialismo y es así que unos de sus gobernantes estiman cada año un crecimiento del Producto Interno Bruto, de un control de la inflación y una satisfacción aceptable de beneficios sociales dentro de la población en los aspectos educativos, seguridad, salud, administración de justicia y en calidad de los servicios públicos.
Pasadas las elecciones para escoger los gobernadores de estado en Venezuela, economistas de nuestro país y del exterior de diferentes tendencias políticas vaticinan que nuestro país en los años por venir va a continuar decreciendo el PIB y va a seguir creciendo el índice inflacionario, mas he leído muy poco acerca de los motivos que origina ese fenómeno y más aun no presentan las soluciones que permitan dirigirnos al camino correcto, aun diciéndonos aquel consejo o refrán muy viejo de: “imita como el mono”.
En el contexto latinoamericano se afirma que el único país que en el año 2017 decreció en un alto porcentaje el Producto Interno Bruto y tiene uno de los mayores índices de inflación mundial es Venezuela, siendo un país de inmensos recursos naturales, pero sus gobernantes se empeñan en dar satisfacción a los problemas sociales con aumentos de sueldos y salarios, que es como mentirse a sí mismo, porque aumentan un 40% y el consumo sube 80%, mas es imperativo saber que no hay incentivos económicos, políticos, legislativos y sociales para producir esa riqueza de la naturaleza y es una gran verdad que el aumento de la capacidad adquisitiva no está relacionada con el aumento de la producción, lo que obliga a que se presente el fenómeno inflacionario.
En estas reflexiones deben hacerse la pregunta del ¿qué hacer?, para tomar decisiones como: apoyar la producción nacional con concepto de una economía racionalmente controlada por el Estado, es decir, con rentabilidad acorde al beneficio del Estado como ente rector y en igualdad de condiciones rentables para el productor, compartir la idea que socialismo no es regalar el trabajo de quien hace el esfuerzo de producir, que socialismo es exigir una contra prestación efectiva por el trabajo que se paga y es así que en los países anteriormente nombrados de muchas formas hay que reconocerle a su pueblo y gobernantes que no hay doctrina política mala sino hombres con voluntad para trabajar producir y apoyar el crecimiento de su nación.
Si los países hermanos o aliados como lo son: Bolivia, Ecuador y Nicaragua fueron beneficiados de las riquezas de nuestro país y ellos con menos recursos naturales y aquí que tenemos de sobra, tienen una economía solvente, poco endeudamiento y con un crecimiento del Producto Interno Bruto entre un 5% u 8%, sería bueno averiguar quién los asesoró a ellos, imaginémonos esa gente, Colombia y Chile son países que han trabajado aliado al sector privado y al sector productivo, ellos saben que ningún país o gobierno que no se ajuste a la creatividad de quien sabe producir, sea sector comercio, industrial y ganadero, jamás podrá salir adelante por si solo, mas aquí en nuestro país Venezuela, el aumento del costo de la producción esta cerquita del 900%, preguntémonos: ¿Cómo se puede equiparar esto si el beneficio al productor comercial e industrial no debe ser mas del 30% según la ley que hay, esto sin meter los costos.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Durán
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