Vivimos un evento artificial que fue esta manipulación de la maquinaria del poder del domingo; pero, cuando ya la bruma de la expectativa, que originó la escogencia de gobernadores, se ha despejado, volvemos a la cruda y asfixiante realidad: desborde de los precios de todos los artículos de primera necesidad. Prolongadas horas en colas en los bancos para buscar algo de dinero en efectivo. Penosa búsqueda de medicamentos que cada vez se hacen más inalcanzables por sus costos y la escasez. Desesperante espera en las paradas para subir a un atestado bus de cualquier ruta. Y el presagio de que mañana será peor que hoy.
Así resume el Dr. Orlando Zamora, ex jefe del Departamento de Riesgos del Banco Central de Venezuela (BCV) y analista financiero independiente, lo que está sucediendo en estos momentos tras los resultados dados por el Consejo Nacional Electoral y el silencio del Ejecutivo Nacional ante lo que los economistas han comenzado a denominar hiperinflación a la venezolana.
Hiperinflación vernácula
La categorización obedece a que todavía nos mantenemos en una economía petrolera, el Ejecutivo Nacional controla las pocas divisas que ingresan al país, gasta lo que no tiene, no corrige las deformaciones que ha ocasionado con el estricto control cambiario y pierde el cincuenta por ciento de sus tributos.
La hiperinflación se caracteriza porque los precios se duplican en horas, explica. En Venezuela ese fenómeno va a un ritmo más lento, a veces en forma quincenal y en otras, semanal.
Los servicios no escapan al aumento de tarifas y entre ellos el transporte, cuyos usuarios ahora tienen que pagar el doble o casi el doble sin que puedan defenderse porque devengan salario mínimo. Lo que considera más preocupante nuestro entrevistado es que el Gobierno no corrige.
Cifras escandalosas
El Estado gasta sin producir lo que no tiene, explica. Ya no existe una idea de lo que es el presupuesto nacional y olímpicamente pretende cerrar el próximo año con 32 billones en los montos presupuestados para sus diversos fines.
Si arrancó el presente año con un billón y medio, estableciendo esa cifra como una meta y resultó escandalosa, llevarlo a cifras no imaginables resulta mucho más escandalosa, sobre todo tomando en consideración que se ha registrado una caída de más del 50 por ciento de los tributos del Servicio Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat). Esa caída se debe a que los bolívares que recogió no representan nada. Evidentemente, el Seniat está devaluado.
Al Estado se le están cerrando las puertas porque, por una parte, no se puede endeudar porque nadie le quiere dar préstamos, ya que éstos previamente deben ser autorizados por la Asamblea Nacional legítima. La Corporación Andina de Fomento (CAF-Banco de Desarrollo de América Latina) le tiene retenidos 400 millones de dólares desde hace ocho meses, precisamente, por no amoldarse a ese requisito imprescindible. Por otra parte, no hay rendimiento de los bonos que permitan tener confianza. Y se cierne la grave amenaza de que se produzca el default, lo que significa que no podría cumplir sus compromisos en el extranjero.
El remate de bienes
Venezuela ya vendió lo que podía en un momento de dificultad : todo el oro de que disponía para un apuro, ocho refinerías en el exterior y le quedan seis que pertenecen a Citgo, empresa ésta que ha sido comprometida al capital ruso.
En lo inmediato no podrá zafarse de esas refinerías porque los Estados Unidos no van a permitir que la Citgo, segunda empresa de productos pesados con residencia en ese país, pueda ser arrastrada por los rusos. Las deudas con éstos tendrán que ser cubiertas de otra manera. Venezuela, como ya es del conocimiento público ha ofrecido su arco minero, para tratar de desbloquear el dominio ruso.
Profundización del caos
Cuando apenas quedan dos meses y pocos días para el año nuevo, la situación se torna muy complicada porque la hiperinflación no es controlable pues el Gobierno insiste en no hacer nada, afirma el Dr. Zamora. Habla de unos motores que hasta el momento no han arrancado porque les falta el combustible: los dólares.
No ha sincerado sus relaciones con el sector privado, el tipo de cambio se mantiene como política inmodificable y las expectativas que originó con el Sistema de Divisas Complementario (Dicom), que planteaba un tipo de cambio alternativo, duró muy poco, naturalmente, por los escasos dólares con que contaba el Ejecutivo Nacional.
Lo más grave de todo este cuadro económico es la total ausencia de dólares al servicio del Estado.
La renuncia al dólar
-Pero, ¿no había anunciado como su nueva estrategia utilizar dinero de algunos de sus aliados comerciales, como el yuan chino?
-El Estado venezolano renuncia al dólar y le dice a la población de un día para otro que la nueva moneda es el yuan. Sin embargo, Venezuela no gira alrededor de ese signo monetario sino del dólar que ha sido utilizado durante un siglo en todas sus transacciones. La moneda china tampco ha aparecido y nadie sabe si aparecerá.
En este orden de ideas, el Dr. Zamora indica que los que sí tienen dólares son los empresarios, el sector privado, que los han obtenido con muchas dificultades.
-Como hay pocas posibilidades de conseguir dólares, ¿qué podría ocurrir con el llamado dólar paralelo?
-Se va a disparar su precio. Ya hace cierto tiempo que el Gobierno renunció a suministrar divisas a los particulares. Y tomó la decisión de que todas las divisas que ingresaran al país serían para uso del Estado: el pago del servicio de la deuda y la importación de bolsas de comida. Éstas son las que le ha dado vida al régimen cuando ya estaba en su situación más precaria por todos los factores que han incidido en la crisis económica, que se agrava a cada instante.
El Dr. Zamora observa un vacío terrible que va a acelerar el cuadro castatrófico de la economía.
La culpabilidad es del Gobierno por la adopción de todas las medidas que ha venido tomando en el curso de los últimos dieciocho años.
Ya era hora de que el Estado restableciera la confianza y encarara la situación, porque de lo contrario las cuentas serán funestas y los problemas se agravarán mucho más.
4 mil agencias bancarias menos
-¿No existe posibilidad de que por lo menos el problema del efectivo pueda ser solucionado oportunamente, para evitar que la gente siga haciendo colas todos los días para lograr algo, ya que la falta de liquidez impide satisfacer sus demandas?
-Lo que sucede es el sistema tiene límites en su funcionamiento. Colapsa porque el sistema bancario se ha achicado, ya que en este momento hay menos bancos. Se han cerrado más de 4 mil agencias bancarias en los últimos tres años porque los bancos han reducido sus costos. La modernización del sistema electrónico implica dotarlo de nuevas plataformas, pero éstas son muy costosas y sólo pueden ser adquiridas en el extranjero.
El agravamiento de otros problemas
Se presentan en el país otros serios problemas como el de transporte, que se está agravando a diario porque hay menos vehículos útiles en funcionamiento y es difícil sustituir las que se encuentran inoperativas. Comprar una unidad de transporte, de las conocidas como busetas, está por el orden de los 30 mil dólares, que convertidos en bolívares en una cifra monstruosa.
La nefasta política cambiaria ha entorpecido considerablemente las actividades del sector privado, en especial la fabricación y distribución de bienes.
Apenas está funcionando una pequeña parte de ese sector privado, que se ve en el sector ferretero, pero no así en el de repuestos. La economía funciona accidentada.
Hay una inevitable crisis política que va a tener la necesidad de plantearse la transición de poder, porque no se ofrecen salidas inmediatas.