Los resultados de las elecciones de gobernadores del domingo 15 de octubre son cuestionados desde el origen, porque la Asamblea Nacional Constituyente, siendo espuria, fijó la fecha de su celebración cuando no tenía competencia para autorizar ese proceso.
Así lo explica David Vargas, docente universitario y analista político, quien indica que el Consejo Nacional Electoral, que ya había violado la Constitución y las leyes al haber postergado los comicios que debieron celebrarse a finales del año pasado, cedió su autoridad y atribuciones a ese cuerpo designado por Nicolás Maduro y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
De allí partió una serie de irregularidades, vicios y arbitrariedades que presagiaban resultados ilegítimos: concentración de centros electorales, migraciones inconsultas de electores desde su sector habitual hasta más de 9 kilómetros de distancia, eliminación de la tinta indeleble, cierres de mesas con anticipación o por el contrario abiertas las mesas más allá del horario establecido, descontrol de las votaciones asistidas, expulsión de testigos, desaparición de actas, y otros hechos ilegales.
Cuando ya existía reservas sobre la convocatoria por parte de la población y claras advertencias de muchos países y organizaciones internacionales sobre el proceso anunciado por una cuestionada Asamblea Nacional Constituyente, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), controlada por seis partidos políticos, aceptó participar bajo el argumento de que había que aprovechar los espacios para no perderlos todos. No le importó que Smarmatic hubiera denunciado fraude para la Constituyente.
No previó las consecuencias de una derrota que ya había sido cantada desde el momento en que Maduro llamó a elecciones y, como consuelo, el CNE le adjudicó cinco gobernaciones. Una catástrofe política.
Tampoco previó el impacto social negativo de la población, que ya se había alejado del liderazgo político de la MUD cuando tomó la calle, fue sacrificada por la represión brutal que dejó 125 muertes, más de 30 mil heridos y traumados y unos 500 presos más en manos de los cuerpos represivos. Ahora son muchos más los venezolanos que están haciendo maletas o tomando camino hacia la migración con destino a Chile, Argentina, Colombia, Perú o Europa, porque no avizoran futuro. Y mucho menos previó el cierre de la puerta a una negociación en vista de que el mismo origen es espurio.
Los resultados no concuerdan con la voz expresada en boca de urnas, ni con las encuestadoras (Datanálisis, Datos, Consultores 21) que daban resultados días antes y horas antes, de que por lo menos la oposición alcanzaría como mínimo doce gobernaciones. El caso más famoso es el de Bolívar, que al mediodía parecía tenía como triunfador a Andrés Velásquez. Ahora debe abrirse un debate en el seno de la MUD.