“En los tiempos del Mesías, el Imperio Romano se extiende para absorber miles de kilómetros. Todo el mundo civilizado estaba bajo la bota opresora de los emperadores. Es un Imperio que se alimenta de la sangre y se afianza con el miedo. Te quita todo lo que posees, te invita a sus juegos para que veas a otros sufrir y olvides lo que perdiste. Te deja ciego, con la amargura en tu boca y mucha, mucha sed de venganza”
Con esta precisa alocución comienza esta conocida película, todo un éxito taquillero en el pasado. El marco histórico que subyace en su argumento, es precisamente los tiempos cuando Jesús vivió en esta tierra. La verdad, no es una película cristiana y a mi manera de ver no guarda ninguna relación con los evangelios contenidos en la Sagradas Escrituras, pero nos da una vislumbre, que nos sirve de guía para dejar una enseñanza en estos tiempos, cuando nuestro país está inmerso en cotidianas turbulencias políticas y los cristianos solos protagonistas.
A Ben Hur de Judea le pasó, lo que le está pasando a muchos profesos líderes cristianos hoy. Llenos de una sincera vocación cristiana, producto de su amor por el prójimo, quieren tomar la delantera para hacerse presentes y sumergirse en contiendas sociales y políticas de su respectivo país, utilizando inclusive textos bíblicos que relacionan con los eventos. Actualmente, no toman las armas o la violencia física, como hizo Ben Hur de Judea, para tratar de rescatar la justicia humana pisoteada por la bota opresora. Pero toman las armas del pensamiento, del verbo y la palabra que emana de lo más profundo de sus pensamientos por dichas injusticias y enfocan todo su esfuerzo en tomar los asientos de la primera fila en esa “lucha”. Ciertamente eso no es censurable, pero no es el norte por el cual nuestro Dios quiere que caminen sus hijos los cristianos. Me parece yerran el blanco. Olvidan que son la vanguardia del Evangelio de Salvación para la humanidad, lo cual está demostrado ampliamente en las SAGRADAS ESCRITURAS.
Aclaro, este es un fenómeno si se quiere normal, por cuanto los mismos discípulos, aún, inmersos en el trabajo evangelístico encabezado por el Señor Jesús, andaban más pendientes de su participación política. Tenían fijos sus ojos, no en el Señor Jesucristo, sino en los puestos que a futuro ocuparían en el “nuevo gobierno”. “Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, … Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda” Marc.10:35:37. Obviamente tenían serias aspiraciones a formar parte del gabinete que ellos creían Jesús establecería aquí en la tierra.
Pero esas aspiraciones políticas y esa terquedad de carácter no iban cambiar, a menos que aceptaran de corazón la influencia del ESPÍRITU SANTO. Igual sucede con nosotros hoy.“En el día de Pentecostés, el Infinito se reveló a su iglesia mediante su poder. Por su Espíritu Santo, él bajó de las alturas del cielo como un fuerte e impetuoso viento que penetró en el aposento en que los discípulos estaban reunidos. … Ellos se apoderaron del don impartido. ¿Y cuál fue el resultado? -Miles fueron convertidos en un día. La espada del Espíritu, recién afilada con poder y revestida del resplandor del rayo, penetró la incredulidad” Testimonios Selectos. T5. Elena de White. ¿Qué tal si nosotros dejamos que “la espada del Espíritu recién afilada” penetre nuestras vidas?¿Cuál sería el resultado?¡Hasta el martes Dios mediante! Próximo ARTÍCULO:”La política, el servicio y la abnegación”[email protected]. William Amaro Gutiérrez