¿El poeta Pablo Neruda fue asesinado por la dictadura de Pinochet? Esa es la incógnita que buscará responder desde este lunes en Santiago un panel de peritos internacionales que analizará un conjunto de pruebas que pusieron en duda la causa de muerte del premio Nobel chileno.
Neruda falleció en una clínica de Santiago a pocos días del golpe de Estado en septiembre de 1973, a causa del agravamiento de un cáncer de próstata, según la versión oficial entregada en esa época que no acalló las dudas que surgieron desde el primer momento.
Pero tuvieron que pasar casi cuatro décadas para que la justicia comenzara a investigar si fue asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
El panel con expertos de Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, España y Chile busca «corroborar o excluir la hipótesis de una posible contaminación voluntaria y deliberada (…) para provocar la muerte de Pablo Neruda mediante la administración o bien de gérmenes o bien de toxinas bacterianas», dijo a la AFP Aurelio Luna Maldonado, científico de la Universidad de Murcia.
El viernes los expertos entregarán sus conclusiones al juez Mario Carroza, encargado de la causa.
Las primeras pericias en 2013 concluyeron que debido al paso de los años no se podía establecer la presencia de algún veneno en el cuerpo de Neruda. Sin embargo, Carroza decidió seguir adelante y ampliar el peritaje autorizando una nueva exhumación.
Allí se encontró un «estafilococo dorado» en los restos, una bacteria que puede ser letal. Pero aún no hay pruebas de que esa fuera la causa de su muerte el 23 de septiembre de 1973, un día antes de viajar al exilio en México, donde encabezaría la naciente oposición al régimen de Pinochet.
¿Un enigma indescifrable?
El partido Comunista y los familiares del premio Nobel de Literatura en 1971 centran en los avances de la ciencia sus esperanzas de comprobar la participación del régimen pinochetista en la muerte de Neruda. Pero los científicos son menos optimistas.
«Toda la configuración de los hechos nos lleva a pensar que el gran poeta fue asesinado, pero no podemos sostenerlo con seriedad si no hay evidencia científica y acataremos los resultados cualquiera que sean», comentó a la AFP el abogado querellante Eduardo Contreras.
Desde la academia son aún más cautos: «Hay que ser muy prudentes y pensar que estamos analizando muestras degradadas con una antigüedad importante y que eso va a suponer siempre una limitación a las posibles conclusiones que se obtengan», advirtió Luna Maldonado, experto de la Universidad de Murcia y uno de los dieciséis peritos que participarán del panel, de forma presencial en su mayoría y algunos por videoconferencia.
Las posibilidades de resolverlo «siendo muy optimistas (se ubican) entre un 20% y 25%», agregó.
Luna Maldonado fue más allá y agregó que ni siquiera un resultado negativo excluye totalmente las dudas sobre la participación de terceros en la muerte del autor, debido al gran tiempo transcurrido y el estado de preservación de la muestra.
«Estamos esperanzados que se va a llegar a la verdad y esa verdad va a ser entregada el próximo viernes independientemente del resultado que sea», concluyó Rodolfo Reyes, abogado y sobrino de Neruda.
La versión del asesinato de Neruda, que ocupó una banca en el senado por el Partido Comunista y se proyectaba como la voz más fuerte de la oposición a Pinochet en el exterior al momento de su muerte, tomó fuerza en 2011.
Ese año salió a luz pública la declaración de su exchofer y asistente personal, Manuel Araya, quien afirmó que el poeta se agravó después de que le aplicaron en el abdomen una misteriosa inyección mientras se encontraba internado en la Clínica Santa María de Santiago.
La versión se alimenta además por otros testimonios que afirman que el poeta se encontraba bien hasta antes de ser supuestamente inoculado.