Un juez federal de Hawái suspendió este martes la aplicación de parte del último decreto antimigratorio del presidente Donald Trump, pero mantuvo el veto al ingreso de funcionarios de Venezuela y Corea del Norte a territorio de Estados Unidos.
La decisión del juez Derrick Watson determina la suspensión del decreto presidencial que prohíbe el ingreso de ciudadanos de Chad, Irán, Libia, Somalia, Siria y Yemen.
Como el fallo de Watson no analizó específicamente las razones del bloqueo a funcionarios venezolanos y norcoreanos, se mantiene el veto a la entrada de esos nacionales.
Este nuevo decreto migratorio -el tercero firmado por Trump, ya que los anteriores también fueron bloqueados por la justicia- debía entrar en vigor el miércoles.
El 24 de septiembre, Trump emitió una nueva versión de su tentativa de cerrar las fronteras del país a ciudadanos de determinados países de mayoría musulmana, pero sorprendió al incluir en el decreto a funcionarios de Venezuela, que son objeto de sanciones específicas.
Este martes, el juez Watson consideró que esta tercera edición «sufre precisamente del mismo problema» que la versión anterior: «No demuestra que el ingreso de más de 150 millones de personas de seis países sería un perjuicio a los intereses de Estados Unidos».
Este nuevo tropiezo para las pretensiones de la Casa Blanca de cerrar las puertas a ciudadanos de países de mayoría musulmana deberá ser objeto de una apelación, ya que el propio presidente adelantó que está dispuesto a llevar el caso hasta la Suprema Corte.
El máximo tribunal estadounidense llegó incluso a dar una opinión favorable al segundo decreto, pero ya cuando el plazo de aplicación de las medidas había expirado.