Estados Unidos condenó el lunes la organización de las elecciones regionales del domingo en Venezuela, desconocidas por la oposición, al señalar que no fueron ni «libres» ni «justas», y reiterar su apoyo «al pueblo venezolano en tanto busca restaurar su democracia».
«Condenamos la ausencia de elecciones libres y justas ayer (domingo) en Venezuela. La voz del pueblo venezolano no fue escuchada», dijo el Departamento de Estado en un comunicado, en el que tildó al gobierno de Nicolás Maduro de «dictadura autoritaria».
Las preocupaciones del gobierno de Donald Trump frente a los comicios «desgraciadamente» se cumplieron, indicó el texto, que enumeró «falta de observadores internacionales independientes y creíbles», «falta de auditoría técnica para el conteo del Consejo Nacional Electoral (CNE)» y «cambios de último minuto de las ubicaciones de las mesas de votación sin aviso público».
Entre las irregularidades, la declaración emitida por la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, también denunció «manipulación del diseño de las papeletas» y «disponibilidad limitada de máquinas de votación en barrios de oposición».
Maduro proclamó la victoria de su partido en las elecciones regionales del domingo, con 17 estados para el oficialismo, pero los resultados fueron desconocidos inmediatamente por la oposición, que según la autoridad electoral obtuvo cinco.
«Mientras el régimen de Maduro se conduzca como una dictadura autoritaria, trabajaremos con miembros de la comunidad internacional y pondremos todo el peso del poder económico y diplomático de Estados Unidos para apoyar al pueblo venezolano en tanto busca restaurar su democracia», concluyó el comunicado.
Estados Unidos había alertado el jueves sobre el riesgo de parcialidad en los comicios en Venezuela, destacando acciones del CNE que «cuestionan» la legitimidad de los comicios.
En un comunicado, mencionó como inquietudes el «cierre de centros de votación en zonas que son baluartes de la oposición», la «manipulación del diseño de las papeletas» y la existencia de un «patrón de descalificación por motivaciones políticas y arbitrarias de los líderes y los candidatos de la oposición».
Como ejemplo de esta situación, dijo que esta semana el CNE anunció el cierre o reubicación de 203 centros electorales en 16 estados, «típicamente en áreas dominadas por la oposición, y potencialmente privando de sus derechos a más de 450.000 votantes».
El bloque opositor a Maduro había hecho antes la misma denuncia, acusando al CNE de servir al gobierno.