Para recordar: “Dios dijo: Hay gente que… adora a los ídolos. Otros comen carne de cerdo, de ratas y de otros animales impuros. Pero yo sé bien lo que esa gente hace y piensa; por eso… los castigaré…” (Isaías 66:17, versión Traducción al Lenguaje Actual).
En artículo anterior, publicado en este prestigioso diario EL IMPULSO (Nº 604, 20/09/17, p. A6) nos basamos en Levíticos once (11), otros versos de la Sagrada Escritura, junto a investigaciones, donde Dios nos prohíbe comer conejo y otros animales limpios e inmundos; prohibidos o no por Él.
A propósito, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señala: “La alimentación poco saludable, actividad física insuficiente, tabaquismo y consumo nocivo de alcohol, son los principales factores de riesgo” ‘contra la salud y la longevidad’ (EL IMPULSO, 27/09/17, p. B5).
Oportunamente, un destacado médico de nuestra familia, compartió un material que le enviaron, sobre el conejo y tomamos puntos importantes: En 1884, rescataron a seis sobrevivientes de la expedición Adolphus Greely, en el Ártico. Eran 25 personas que iban en el barco y murieron 19, por la llamada “inanición cunicular”; ausencia de grasa y su hígado no pudo producir o procesar las proteínas de las liebres que cazaron.
Dicen que el “Plan Conejo” (2017) se lanzó para paliar el hambre, pero ¿El presidente Maduro (el gobierno) tomó en cuenta lo siguiente?: Cantidad de carne de consumo al mes por persona; control de enfermedades (del conejo), hasta las que afectan al humano; gasto de mantenimiento en general y rentabilidad por concepto de proteínas.
Por eso de la “proteína” cunicular, nos remitimos a la página www.vitónica.com, quienes comparan diferentes carnes magras, en base a cada 100 gramos: La carne de ternera, tiene 20.7 gramos proteína (gp) y 5.4 gramos de grasa (gg). El pollo, 19.9 gp y 9.6 gg. El cerdo, 22 gp y 7.6 gg. El cordero, 15 gp y 10 gg. Y el conejo, 10.5 gp y 5.2 gg. Como observamos el conejo es que menos proteína y grasa tiene.
Según texto inicial, vemos que no solo el conejo es inmundo (Levítico 11:5), sino también se señala al cerdo, el ratón, y por cierto, nombramos al chigüire, porque lo comen mucho en la llamada “Semana Santa” (pero es un animal inmundo). Aunque, el conejo es un mamífero, no roedor, rumiante y como no tiene pezuña, es impuro; mueve su mandíbula casi todo el día, pero eso no lo hace un rumiante, más bien tiene que ver con su estómago e intestino, que está diseñado para “volver a comer parte de lo que excreta (llamado cecótrofo) y poder aprovechar el alimento”. (Ver: Jacson, W., página web, apologeticspress.org).
Cuando dice que Dios “castigará” a quienes coman cerdo, ratón y otras carnes impuras; en realidad, Dios nos juzgará en el juicio final; pero sin Dios, nos enfermamos o nos pasan cosas, como consecuencia de nuestras decisiones, sin que sea la voluntad divina. Recordemos que el Creador, desde el principio, nos dio alimentos que produce la tierra (semillas, frutas, hortalizas, legumbres, entre otros) y ¡Eso es lo que Venezuela necesita! Alimentarse con comidas balanceadas (proteínas, vegetales, frutas, lácteos y granos) y, si Dios permitió comer carne, debemos comer las limpias y no las inmundas.
Al hacer caso a Dios y a la Biblia, seguramente la salud del mundo mejoraría muchísimo, y nunca buscaríamos adorar ídolos, sino al Creador como Él se lo merece.
Eduardo Iván González González www.ventanabiertalmundo.com