El Alcalde Alfredo Ramos Acosta se resteó con el movimiento de calle que por cuatro meses dio una dura batalla en toda Venezuela para llamar al pueblo venezolano a que no votara en el proceso de la ANC, logrado el objetivo de mesas vacías y que este evento quedara como un acto ilegal a nivel internacional, sin reconocimiento de ninguna instancia cumbre, la Calle entró en receso pero antes de ello, el oficialismo metió preso a nuestro Alcalde. El seguramente esperaba que al igual que mantuvo solidaridad total con el pueblo en la calle, ese pueblo se apersonaría en su defensa para evitar su arbitraria detención.
No ocurrió de esta manera, probablemente llegaron de improviso y no hubo tiempo para articular un cordón humano alrededor del edificio municipal, en todo caso Alfredo actuó como un político romántico y antes que hacer como otros lideres, con justificación plena, de ponerse a buen resguardo en otro país, optó por esperar a sus victimarios en su despacho e ir detenido en nombre de la libertad y el derecho ciudadano a la protesta pública.
El hijo de Rodolfo Ramos y Justa Acosta, venezolanos de la ruralidad profunda, gente buena y luchadora criaron a una familia con valores de solidaridad y compromiso con la vida colectiva. Rodolfo fue hombre de duras faenas a lomo de caballo, Justa, nacida en El Pasó de Baragua, fue ejemplo de bonhomía y espíritu caritativo. De ellos heredó Alfredo su irrenunciable atadura con las causas justas.
Ahora en la soledad de la cárcel, lejos del aplauso y la gente agolpada en las salas de espera por verle, Alfredo debe estar recordando cuando vivían en el Barrio Macuto, donde nació en 1955 y también donde vendía empanadas hechas por su madre para ayudarse en sus estudios de primaria.
Con la tensión alta ante la indiferencia de sus carceleros, debe recordar la noche que en solidaridad con su hermano José Gregorio estuvo fuera de casa ante el enojo de su padre quien cuestionaba la política, esa noche al borde de la quebrada La Ruezga leyendo de rabo a cabo el libro de Julius Fucik, Al Pie del Patíbulo y su decisión bajo el cielo estrellado de dedicar su vida al servicio de la igualdad social.
Alfredo Ramos está solo y enfermo en una cárcel, culpable de ser solidario con su pueblo, con ese pueblo bravo e indómito que por cuatro meses tomó las calles para ganarse, como lo hizo, el respeto y apoyo de toda la comunidad internacional. Nos toca ahora hacer lo que no hicimos en el momento de su detención, apoyarlo, estar a su lado. Hoy lo podemos hacer validando el compromiso con el voto al cual el siempre se mantuvo atado.
Incluso cuando la oposición decidía abstenerse, Alfredo y su partido decidieron sumarse al proceso del voto. Frente a las críticas, a los ataques, frente a todo Alfredo, aún a sabiendas que no ganaría, participaba para defender al voto como el mejor instrumento democrático.
Salgamos todos a votar este 15 de Octubre y votemos en apoyo a Alfredo Ramos, demostremos que valió la pena estar en la Calle que el defendió, no importa que su partido haya hecho un pacto a sus espaldas, salgamos a votar por Venezuela, por la Democracia, hagamos que gane el candidato de la Unidad Democrática y luego, con Alfredo libre gracias al triunfo democrático que cada quien agarre su vela.
Votemos y ganemos. Cuando restablezcamos la Democracia plena saldaremos cuentas. Dios con nosotros.
