Durante siete temporadas, «The Walking Dead» de AMC ha explorado un mundo en el que los muertos deambulan por la tierra mientras los vivos buscan salvarse de otros humanos y de zombies que tratan de comérselos.
Hay personajes cuya fe se pone a prueba pero que encuentran el coraje para salir adelante. Hay algunos que son lamebotas y se aferran a los líderes, pues su necesidad de sobrevivir es más grande que su orgullo. Y hay otros que se apropian del poder para aterrorizar y hostigar. En medio de todo esto suele ser difícil encontrar la diferencia entre quién es bueno y quién es malo, algo que evoluciona y puede cambiar de un momento a otro.
Ahora, al llegar el programa a su episodio 100 para comenzar la octava temporada el 22 de octubre, los personajes están al borde de la guerra, una batalla que enfrentará a Rick Grimes y sus seguidores contra Negan y Los Salvadores, mezclados con otras comunidades cuyas alianzas pueden cambiar sin previo aviso.
AMC invitó a un grupo selecto de periodistas al set para charlar con los actores y el equipo de producción del programa. A todos les costó trabajo no revelar lo que vendrá en esta próxima entrega.
La locación principal se encuentra en un terreno escondido detrás de un pequeño pueblo en el sur de Georgia, donde ha surgido la mayor parte de este nuevo mundo: los estudios Raleigh, un set en constante evolución de 56 hectáreas (140 acres) donde todo tipo de comunidades imaginarias se han creado de la nada.
El Basurero, una montaña de desechos con todo tipo de escombros y autos de antes de 2010 (el año que se supone que murió el mundo), fue creado en tres semanas como el terreno de Jadis (interpretada por Pollyanna McIntosh), quien habla una especie de inglés antiguo y cambia alianzas tan rápido como Michonne puede cortar una cabeza con su katana.
La Colonia Hilltop, gobernada por un Gregory déspota y borracho (Xander Berkeley), llevó casi cuatro meses de trabajo; su arquitectura del siglo XVIII recubierta de ladrillos esconde básicamente un cascarón sin paredes. En Alexandria, la comunidad cerrada que supuestamente se encuentra en el norte de Virginia, viven en la vida real cuatro familias que tienen que ceder su espacio para el equipo de producción que se instala allí seis meses al año.
La primera temporada se grabó principalmente en Atlanta. Para la segunda en los Estudios Raleigh en Senoia, una hora al sur de Atlanta, se había creado el set en este pueblo de unos 4.000 habitantes.
No solo permite al programa crear y mantener las comunidades que conforman a «The Walking Dead», también puede modificase constantemente. El lugar donde alguna vez estuvo la iglesia de Gabriel fue derrumbado y se convirtió en el círculo de tierra donde terminó la sexta temporada con Rick y su gente arrodillada ante Negan, el lugar donde los adorados Glenn y Abraham fueron asesinados con el bate recubierto de púas de Negan.
Y ahora sigue vacío. «Este es un terreno sagrado», dijo Tom Luse, productor ejecutivo del programa, mientras le daba al grupo de periodistas el recorrido por el estudio. Fue una escena difícil de filmar, señaló, y fue incluso más difícil perder no solo a dos personajes queridos, sino a dos actores de un equipo que considera muy unido.
«No sé si volvamos a filmar aquí», dijo Luse. «Este es un santuario».
Prácticamente todo se filma en el lugar excepto por El Reino, el cual se graba en los estudios de Tyler Perry en la cercana Fort McPherson.
¿Una de las grandes ventajas y desafíos? El pasto y los arbustos. «Las plantas ayudan a esconder un millón de pecados», dijo Luse. Pero también se tienen que asegurar de cortarlo o podarlo demasiado seguido. «Constantemente tenemos que recrear esa imagen de muerto».
El programa está basado en los comics creados por el escritor Robert Kirkman y el artista Tony Moore. Los comics se siguen vendiendo bien y tienen más de 165 números hasta la fecha. En algunos casos la serie es igual a los comics, en otros toma su propio camino. Incluso algunos personajes que no aparecen en el cómic han llegado a la pantalla, como Daryl Dixon (interpretado por Norman Reedus), un personaje con una ballesta que ha resultado ser uno de los más populares de la serie.
La productora ejecutiva Gale Anne Hurd le atribuye gran parte de la camaradería del elenco a Andrew Lincoln, quien interpreta al protagonista Grimes, un sheriff que despertó de un coma para descubrir que el apocalipsis zombi ha cambiado a todo el mundo.
«Trabajamos y vivimos en una burbuja. Y es genial que sea así porque nadie ha cambiado», dijo Hurd. «Eso es lo especial de este programa. Ninguna persona del elenco (original) piensa que es una superestrella y tiene un gran remolque o séquito detrás. Siguen usando pequeños remolques destartalados».
¿Cuándo se dieron cuenta de que el programa sería un éxito perdurable? En el caso de Hurd, en la segunda temporada. Los personajes habían escapado de una enorme finca a las fueras de Atlanta. Había confort, una aparente seguridad y lugares cercanos para buscar armas, alimentos y otros productos básicos.
«La segunda temporada fue una en la que la gente pudo decir ok, se calmó, están en la granja, y se enfocó bastante en desarrollar los personajes y creció el número de fans», dijo Hurd. «En mi mente sabía que había acción por delante y mundos más grandes, más mundos, más personajes. Si estábamos construyendo un público en la segunda temporada, era una especie de trayectoria que constituía un programa que podría durar».
Greg Nicotero, un gurú de efectos especiales que no solo ha dejado su marca en la serie al crear zombis que se tambalean y merodean por el mundo sino que también es coproductor ejecutivo y director ocasional, dijo que este estreno de temporada es el más propulsor, una palabra que solía usar el equipo y el elenco cuando comenzaron a grabar la octava temporada.
La temporada 7 se caracterizó por episodios segmentados que se enfocaban mucho en un solo personaje o comunidad. Fue calificada como una temporada difícil de ver; los actores tenían poca oportunidad de interactuar con sus colegas y se sentían aislados. En cambio, a todos les parece que la temporada 8 es diferente. El ritmo será más acelerado e incluso la forma en la que está filmada se sentirá diferente, aunque nadie podría traicionar a esos fans que ansían adivinar cuáles personajes podrían morir y cómo resultará la guerra.
Notan, sin embargo, que rendirán homenaje a todas las temporadas anteriores y a sus leales seguidores.
«Habrá momentos en los que la gente que ha visto el programa desde el comienzo dirá ‘íOh! OK, ya entendí lo que están haciendo al rendir homenaje a momentos específicos de los últimos siete años'», dijo Nicotero.