El gobierno venezolano condenó el lunes en un comunicado las limitaciones que impuso Washington la víspera e indicó que la medida está basada en «falsos supuestos» sobre una amenaza terrorista.
Caracas consideró «inamistosas» y «hostiles» las medidas y sostuvo que lo que se busca es «estigmatizar» a Venezuela con el pretexto de la lucha contra el terrorismo al incluirla en una lista elaborada unilateralmente.
«Venezuela, en ejercicio de sus derechos soberanos, repudia las conductas imperiales del gobierno de los Estados Unidos de América e informa que, con arreglo al principio de reciprocidad, considerará todas las medidas necesarias para defender el interés y la soberanía nacional», agregó el comunicado.
Estados Unidos impuso el domingo restricciones migratorias para los ciudadanos de Chad, Irán, Libia, Corea del Norte, Somalia, Siria, Venezuela y Yemen, que comenzarán a regir a partir del 18 de octubre. En el caso de Venezuela la suspensión de las visas temporales sólo aplicará para algunos funcionarios gubernamentales y sus familiares.
Desde la sede de Naciones Unidas, el canciller venezolano Jorge Arreaza consideró el lunes una «nueva agresión» la proclamación firmada por el presidente Donald Trump y dijo que se trata de una estrategia estadounidense para desacreditar a Venezuela ante la opinión pública. También insistió en que Venezuela siempre ha estado abierta al diálogo.
«Ojalá el presidente (Nicolás) Maduro pudiera visitar al presidente Trump. Ojalá yo pudiese hablar con el secretario de Estado. Hasta ahora no ha sido posible, pero la voluntad está aquí», dijo Arreaza a los medios de comunicación. «Pero insisto, si nos atacan en el campo que sea, responderemos con fuerza en la defensa de nuestra patria, de nuestro pueblo».
El canciller declaró que las medidas de Trump anunciadas el domingo son unas pretendidas sanciones más, «para justificar, para armar un expediente de la opinión pública en contra de Venezuela, para ponernos al nivel de otros problemas superiores que no tienen ningún sentido».
En su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Arreaza hizo referencia a la famosa frase «aquí huele a azufre» que el fallecido presidente Hugo Chávez dijo en 2006 durante su discurso ante esa Asamblea tras la alocución del entonces presidente estadounidense George Bush.
«Cual emperador mundial, el presidente de Estados Unidos Donald Trump usó esta tribuna construida para la paz para anunciar guerras, destrucción total de Estados miembros, aplicación de medidas coercitivas unilaterales e ilegales, amenazando y juzgando a placer como si tuviese poderes dictatoriales absolutos sobre los Estados soberanos miembros de nuestra organización», señaló.
Las tensiones entre Venezuela y Estados Unidos se intensificaron en los últimos dos meses luego de que el gobierno estadounidense sancionó a más de media docena de funcionarios, entre ellos al presidente Nicolás Maduro, a raíz de la instalación de la oficialista Asamblea Constituyente que ha sido objetada por más de una veintena de países.
Asimismo, Washington impuso en agosto sanciones financieras a Venezuela que incluyen la prohibición a los bancos estadounidenses de realizar nuevas transacciones con el gobierno y la corporación Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), las operaciones con bonos y el pago de dividendos al gobierno por parte de Citgo, la filial estadounidense de la empresa petrolera estatal.