Detrás de cada diseño hay una historia que se traduce en ímpetu y esfuerzo. Él ha sabido esperar los mejores momentos para crear y eso le ha permitido ser incisivo con cada propuesta sobria que se ajusta a las exigencias de quien lleve sus atuendos.
Su personalidad está impregnada en cada pieza, esa que puede lucirse con cuidado en cualquier ocasión. Le diseña a la vida, a las cosas, al mundo, a la naturaleza, a la libertad… a cada elemento que dé personalidad.
Es Juan Carlos Sivira un zuliano que ha aprovechado los obstáculos para impulsarse y demostrar que toda idea pueda materializarse. En el mercado se le conoce como Sivirato, una marca que exporta emociones y estilo.
Este año, pensada en la osadía de la mujer venezolana, presentará Nuestra 2017, donde se apreciarán creaciones con el sello local de quien enfrenta desafíos sin perder la elegancia y se transforma desde el ser.
Nuestra 2017 nació mientras se especializaba en diseño y patronaje en Madrid y Roma, donde varias venezolanas le manifestaron su inquietud de conservar ese glamour que las identifica en cualquier parte del mundo. La variedad de colores abunda en piezas que pueden utilizarse y combinarse en cualquier momento. Faldas, vestidos, blusas y pantalones muestran un estilo único y cómodo. Su mayor inspiración sigue siendo Venezuela, en quien confía y es musa para su próxima colección.
Sivirato egresó de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Rafael Belloso Chacín (URBE), carrera que le ha servido para ampliar su visual de la moda, aunque desde niño se ha interesado por ella, pues creció rodeado de sastres y modistas. Una época que recuerda con nostalgia y en la cual le sembraron la semilla de buen vestir. “Recuerdo cuando hacía vestidos y trajes para muñecos en papel y lo que recogía en retazos”, comentó.
Cuando apenas tenía 14 años se interesó por un curso de corte y confección, el primero de los 28 que realizaría posteriormente. En cada uno aprendió de ropa con acabado industrial, lencería, moda infantil, ropa canina y alta costura
Toda esa experiencia le sirvió de base para incorporarse al Instituto Monseñor de Talavera, en la capital zuliana, donde afianzó sus conocimientos sobre moda que ha registrado en talleres y marcas nacionales. Luego, en 2013, se va a Caracas a cumplir un sueño: incorporarse al mercado como modista. En la capital fue invitado a varios desfiles benéficos para niños con cáncer, debido a que justamente luchaba con esa enfermedad.
Eso también le motivó para recorrer varias ciudades. Sin embargo, por razones familiares se fue a España, donde estudió técnicas de brocados, tejidos y texturas en la Escuela de Arte Textil de Madrid, obteniendo experiencia en una marca española. Durante su paso por esa ciudad sin descanso, diseñó y mezclo lo zuliano con el arte sevillano.
A Sivirato, le gusta vestir a la mujer y hombre contemporáneos, trabajadores, luchadores y con capacidad de transformarse. Por eso, para él, la moda “es la esencia del ser humano, de lo que le queda bien y no lo que se está llevando. La moda es comodidad, elegancia, sobriedad, lo que resalta lo mejor de cada persona, pues hay un estilo para cada cuerpo. Y cuando no lo reconocen, es mi trabajo ayudarles a usar prendas que le favorezcan”.
Su estilo de diseño es práctico, versátil y cómodo, sin perder la elegancia. “Me inspiro en lo que me ayuda ser mejor. Un buena historia de una persona luchadora, la naturaleza –especialmente los cambios de estaciones–, artistas venezolanos, la música, la literatura. En la actualidad, mi mente se aferra a la esperanza, pues es una gama de colores, por eso están presente en Nuestra 2017”.
Viste a hombres y mujeres por igual, porque cada uno tiene un desafío que le ayuda a crecer como diseñar y a su vez conocer la variedad de preferencia de ambos géneros.
“Una persona no tiene que tener las medidas perfectas para ser elegante y atractiva, solo reconocer e identificar sus debilidades y fortalezas física, además de usar prendas que destaquen los atributos. Creo en el milenario dicho de la ‘moda lo que te acomoda’. Esto unido a la cortesía y buenos modales hará que seamos más atractivos”, dijo.
En los últimos años ha vestido actores, actrices, misses y místers. En su entorno personal le ha ayudado a perfeccionar técnica y adaptarse al mundo de la farándula. Por eso, la colección 2018, ya está en bocetos con detalles multiculturales, lista para empezar a confeccionar. Está inspirada en un sentimiento de gratitud con Chile, Argentina, Perú, Colombia y España, que han recibido a venezolanos con los brazos abiertos. Prepara una micro colección pensando en Choroní, la cual se presentará en octubre en República Dominicana. Su musa fue La Chinita, la Divina Pastora, Virgen del Valle, la Candelaria, y Coromoto, piezas que esperan en noviembre en Madrid.
