Planteamientos – Negociaciones y negocios en política

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Por estos días, en ocasión del controversial proceso de negociación que se retoma entre el gobierno y la oposición, donde cada parte – para variar, en medio de la confrontación- lo niega, salen a relucir experiencias acumuladas en el ámbito mundial y nacional. El esfuerzo del Grupo Contadora y los Acuerdos de Esquipulas son notorios en el caso de Centroamérica y, particularmente el de Guatemala. Doce años de negociación terminaron con más de tres décadas de violencia, se menciona con insistencia. Loable iniciativa con resultados concretos que enrumbaron la región por senderos de elecciones, democracia y paz.

En la retrospectiva inmediata, a escala temporo-espacial, nuestro caso remite a cuatro meses de violencia, terrorismo y subversión que procuraban la salida del presidente Maduro, y encontraron como respuestas las consiguientes acciones represivas para “garantizar el orden constitucional”, como suele invocarse. Bastó un día, el 30 J y el posterior llamado a elecciones para que la calle se enfriara.

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En la política latinoamericana está por concluir otro capítulo, de la advertida saga entre negociaciones y negocios políticos: el gigante empresarial Odebrecht, ensayó con relativo éxito tal simbiosis mediante toda una red enteramente planificada de sobornos, a tal punto que dentro de su “gerencia estratégica” había creado una unidad especial para acometer tal tipo de tropelías.

Operó como una suerte de franquicia al más alto nivel gubernamental en materia de corrupción, tanto en su país de origen, Brasil, como en los demás países que sin ninguna preocupación por la ética, importaron el flagelo. Unos directivos encarcelados, pago de multas por agravios al sistema financiero internacional según los tribunales estadounidense y suizos que sustanciaron la denuncia, y una declaratoria de ”Desvíos de conducta lamentable” o mala praxis gerencial, bastaron para que expiara sus culpas, bajo el credo de “Business is business”.

De los negocios en política, en sentido estricto, aludiendo al uso de estrategias para alcanzar el poder, a propósito del “arte de la guerra” que emplea cada sector de la Mesa de la Unidad Democrática, MUD, en eso de ir escalando triunfos con miras a la ruta electoral que conduce a las presidenciales, hay una apreciación generalizada en el análisis de los resultados de las primarias que remite al caso de AD y Ramos Allup.

Nunca condenó abiertamente la violencia que auspiciaron Voluntad Popular y Primero Justicia; sin embargo, a regañadientes, vía Twitter añadió a su lista de descalificación la de “líderes de preescolar”. Mientras estos encaraban las acciones de calle, el ex presidente de la AN andaba en campaña por las regionales. Bien temprano anunció en Lara su apoyo al gobernador y presentó una candidata para la alcaldía. Se fueron al Viejo Continente en visita al parlamento y a jefes de estado y cuando regresaron se encontraron con resultados inesperados en las elecciones primarias.
Ese día, reseñó una crónica humorística: “Ramos Allup anda riéndose por allí de los lechuguinos y petimetres que se fueron a Europa a pedir sanciones y lo dejaron a él como dueño y señor de la MUD”.

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