“Yo te dije que no salieras y no hiciste caso” estas eran las palabras de dolor que expresaba la mamá de Franklin Gregorio Torres Cordero (30), quien además indicaba que una madre nunca debía enterrar a su hijo.
Ella se encontraba en las afueras de la morgue, pero minutos antes el cuerpo de su hijo había estado tendido en medio de la avenida Simón Bolívar con calle 29 entre carreras 32 y 33, tras ser asesinado a las 6:10 de la mañana de un disparo en el intercostal izquierdo.
Era mototaxista
El joven había trabajado en Abastos Bicentenario y hace dos años hubo una reducción de personal que lo hizo salir de dicha empresa. Con su liquidación adquirió una moto y se puso a trabajar de mototaxis, pues debía mantener a su esposa y su hija de 12 años de edad.
Luego de un año se hizo padre de un varoncito de 1 año se edad a quien también debía proveer, para ellos trabajaba en la línea La Nati, la cual tiene su parada en la avenida Vargas con calle 23.
Leidymar Cordero, manifestó que ella nunca le gustó ese trabajo, siempre le decía que era peligroso, al igual que otro de sus hermanos, pero sabían que lo hacia para “sobrevivir”.
Según relataron los familiares de Torres Cordero salió este jueves bien temprano de su casa en San Lorenzo, un poco antes de las 6 de la mañana, aunque su madre y su esposa le habían pedido que se quedara en la casa, pues estaba bastante oscuro. No le hizo caso a las advertencias de ninguna de las dos.
Desde ese momento comenzó con su jornada laboral, sus hermanos creen que el joven iba a buscar a uno de sus clientes fijos, pues muchos los llamaban para que los llevara al trabajo.
Le llevaron la moto
A las 6:10 de la mañana se escucharon dos detonaciones en la avenida Simón Rodríguez, algunos salieron y observaron el cuerpo tendido de un joven en medio de la calle, así mismo aseguraron que un policía uniformado se llevaba consigo una moto, era la de la persona que allí se encontraba, se trataba de una Empire Owen negra, la cual tenía una calcomanía del equipo de fútbol del Barcelona.
Cuando las personas se acercaron se percataron que el joven estaba sin vida, cargaba su chaleco de mototaxista.
Algunos testigos manifiestan que la víctima iba sola, saben que el objetivo del agresor fue robarle la moto, pero desconocen si el mismo funcionario que se apropió de las dos ruedas fue quien disparó, lo cierto es que el mototaxista fue robado.
A esa hora indican las vecinas que estaba oscuro, pero muchas de las personas transitan por esa vía y en lo que pasaron otros motorizados lo reconocieron y la noticia se fue regando hasta que se enteraron sus familiares.
Al sitio llegó su padre, sus hermanos, y su esposa quien con el casco de motorizado en la mano reprochaba que porque había salido de la casa, todos lloraban la perdida del joven, de quien aseguraron era una persona sana y trabajadora.
El motorizado era el menor de cuatro hermanos y uno de los más consentidos, entre sus parientes se encuentra un hermano quien pertenece a las filas de Polilara.
“Yo todas las noches le pedía a Dios por mi hermana, sabía el peligro que pasaba y ahora no los mataron y no se que vamos hacer”, comentó Leidymar.
Ahora su familia exige justicia.
Este es un hogar más que se enluta producto de la delincuencia que existe en Lara.