Mucho hemos leído sobre la inflación en Venezuela. Según el (FMI) fondo monetario internacional, estase situaría alrededor 720% en 2017 y 2.068% en 2018; cifras que nos ubican entre las tasas más altas del mundo, compitiendo firmemente por el primer lugar. Quien nos sigue en América Latina es Argentina con “solo” 26,5%, algo así como 27 veces menos que nosotros.
En la calle el drama no es tan exacto, pero igual de doloroso, hay rubros que se incrementan mucho más que lo estimado y algunos que se mantienen, todo tiene que ver con la oferta y la demanda, los rubros más demandados que en nuestro caso son los de primera necesidad, aumentan de precio prácticamente una o dos veces a la semana.
Los venezolanos que no hemos tenido la osadía de emigrar, vemos como nuestro dinero se nos vuelve sal y agua entre las manos, semejante tragedia. Quien les escribe, regularmente tiene el hábito de almorzar en un sitio muy económico, donde venden un menú “popular” balanceado y sano, es el caso que al escribir estas letras, ese menú se sitúa en 20.000 BsF, lo que es lo mismo 20.000.000, veinte millones de los anteriores. Veinte “palos” por un almuercito muy modesto.
Ahora uno se pregunta: ¿Qué está haciendo el gobierno central para hacer retroceder o al menos detener esta debacle económica? La respuesta es NADA. Para ellos, los responsables son: Lorenzo Mendoza o los “grandes empresarios”, que no sabemos si existen, ya que los únicos empresarios prósperos hoy en este país, son los enchufados.
Otro de los grandes “culpables” según los rojos, del desastre en economía es una página web y una cuenta de Twitter llamados Dólar Today. Hoy el dólar ronda en el mercado paralelo una cifra, muy por encima de los 20.000 BsF, otra vez los veinte “palos”. Un dólar veinte palos.
Una de las políticas más complejas que debe enfrentar un gobierno serio, es la inflación. La inflación es un fenómeno muy complicado, que depende de un millón de variables, que si no son abordadas con seriedad, honestidad y firmeza, pueden convertirse en un verdadero dolor de cabeza. Hoy nuestro país está ya al borde de un colapso total que nos llevaría a una debacle social sin precedentes en el continente.
La única forma de detener y evitar una tragedia mayor a la vivida hoy: carestía, escasez, inseguridad, pésimos servicios públicos, salud en emergencia, educación en franco decrecimiento y un sinnúmero de problemas muy graves, es con un cambio de régimen. El régimen actual, bien sea por incapacidad, corrupción, conveniencia y muchos otros factores que solo ellos conocen, no es capaz ya de sacar a nuestra bella Pequeña Venecia del foso en que nos metieron con su discurso de odio y división.
Que Dios nos ampare, mientras tanto seguiremos viviendo la “inflación en la calle”.
Emigdio Castillo
@EmigdioCA