En la política, como en la farándula, se puede pasar de héroe a villano en cuestión de horas, y hasta se puede volver a ser héroe. Al final todo depende de los resultados. En pocas semanas Acción Democrática, y su dirigente más visible, pasaron de ser una figura gris en la apuesta por la calle que se hizo a mediados de año a convertirse (según algunos) en una especie de Ave Fénix. Incluso hay quienes alaban a Ramos Allup como si se tratase de un gran Estadística (cuando para otros al dejar la Presidencia de la AN no era más que un “traidor”).
La verdad es que las interpretaciones que se puedan hacer son apresuradas, lo que sí parece evidente es que la abstención estuvo presente en las pasadas Primarias. Siendo esto así, en dicho proceso quizás prevaleció la organización (o la llamada “maquinaria”) por encima de la conexión con el pueblo en general. Esto sería una interpretación consistente con el hecho que luego del pasado 30 de julio el país entró en una especie de estancamiento desde el punto de vista de la conflictividad social, lo que no significa que se haya aplacado el descontento.
Más allá de la coyuntura de las Primarias, lo que sigue en marcha son distintas visiones sobre cómo abordar el conflicto Político en Venezuela, siendo de manera general las dos visiones extremas la de “salir del Gobierno” frente a la de “convivir con el Gobierno”. Quizás esta última la nieguen quienes la defienden, pero al final de cuentas hacer vida con otro es “convivir”, lo que no significa que todo sea armonía. Entre esas dos visiones hay otras tantas intermedias, pero son entre estas dos que va y viene la MUD, y la oposición en general.
Lo anterior es normal, pues de eso se trata la pluralidad. Lo que el ciudadano no termina de procesar es como visiones tan distintas pueden sentarse en la misma mesa, cómo un día se anuncia la marcha sin retorno y luego se regresa al mismo punto de partida (con pérdidas humanas que lamentar). Junto a las elecciones vuelve a aparecer el fantasma del diálogo, y en esa zona gris de la política de pasillo el ciudadano sigue padeciendo las calamidades de un sistema que se cae a pedazos. Al final, el resultado vuelve a ser para la oposición la pérdida del apoyo popular (que era quizás lo único que tenía).
Puede ser que AD reviva, también que su dirigente se convierta en héroe, al menos para algunos esta es su hora. También es posible que otros líderes que hoy han perdido la magia vuelvan a ser protagonistas. Lo que parece claro es que en ese vaivén de aciertos y desaciertos sin darse cuenta van siendo absorbidos por un sistema que los consume, convirtiéndolos sin querer en parte de aquello contra lo que luchan. El conflicto político en Venezuela dejó de tener novedad, todo el que entra en él es consumido, quizás ahí está el secreto para mantenerse en el poder mientras se agoniza.
Diego Lombardi
Twitter: @lombardidiego