Para recordar: “Todos los discípulos dejaron solo a Jesús, y huyeron” (Marcos 14: 50).
¿Quién puede evitar que las lágrimas broten de los ojos de padres, familiares o amigos, porque los hijos de nuestra querida Venezuela se estén yendo de nuestro lado? No solo por la criminalidad, sino porque se van a otros países por diferentes motivos: Inseguridad, problemas económicos, crisis de todo tipo y muchos tienen el anhelo de encontrar un futuro mejor, a sabiendas que algunos enfrentarán discriminación y otros pasarán demasiado trabajo.
Hace poco, vistamos una prima que estudia odontología en la Universidad de Carabobo y nos comentó que tiene gran incertidumbre para ver el final de su carrera, porque muchos de sus profesores y compañeros de clase se han ido del país. Y pensar que hay carreras que son muy costosas, por eso de: Matrícula, materiales, libros, pagos de residencia, alimentación y mucho más, y ¿cómo no se van a ir?
Estos últimos años, estamos perdiendo “lumbreras” o “cerebros”; docentes o profesionales de todas las carreras o especialidades. Igualmente, la mayoría de estudiantes son jóvenes destacados, pero, aunque algunas universidades son gratuitas, hay alumnos que no tienen ni si quiera para pagar el pasaje de trasporte.
Es evidente, que el inicio de clases de este año escolar 2017 – 2018, en varios lugares será incierto y en otros desierto, por el éxodo mencionado en toda Venezuela, o alumnos de educación media que trabajan para ayudar a sus padres. Y podemos decir: Las instituciones educativas a nivel básico y universitario, cuentan con menos docentes y menos alumnos.
Estudios indican, que de nuestro país se han ido 2.500.000 personas (www.el-nacional.com… 76852). En casa hicimos una lista, rápida, que sobrepasa las trescientas personas, entre familiares y amigos y lastimosamente, Venezuela pasó a ser un país de emigrantes.
El hecho, que en esta época se esté realizando otro intento de “dialogo” en Republica Dominicana, es un reconocimiento que, en nuestro país se ha venido violando la Constitución; pero se continúa ofendiendo a los opositores, con los que quieren “conversar”. Y antes de sufrir más sanciones, deseamos que retorne el respeto a la vida, libertad, educación, salud, alimentación y el orden jurídico, entre otros. Por ello, algunos se fueron con mucho dolor, y otros, hasta se han ido sin despedirse, como huyendo.
Hace muchos años, los discípulos de Jesús lo dejaron solo; lo abandonaron y huyeron de su lado cuando más los necesitaba (ver Marcos 14:50). Claro está, tan solo por decir que seguían a Cristo, o hablar como Él, llegaban a convertirse en un blanco para el escarnio o para una sentencia de muerte. Tal vez por eso, fueron pocos, entre ellos las mujeres y Juan, los que lloraron calladamente el martirio, agonía y muerte del Salvador del mundo.
Nos entristece cuando fallece algún ser querido, pero tenemos la esperanza de la resurrección, porque Cristo resucitó. Aunque Jesús nos ofrece una Patria nueva (la celestial), mientras estamos en la tierra, vemos lo difícil que es vivir en este mundo. No obstante, ¡Que Dios bendiga, ampare, y proteja! A los que se han ido de nuestro suelo patrio, esperando que las autoridades cambien las cosas que están mal hechas, y ellos puedan regresar, si así lo desearan, porque volver en estas condiciones sería un castigo.
Eduardo Iván González González
www.ventanabiertalmundo.com