Como expresión de solidaridad internacional completa puede calificarse la reunión sostenida por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y todos los integrantes del Grupo de Lima, quienes concurren a la Asamblea de las Naciones Unidas.
Así lo estima el Dr. Gerson Revanales, diplomático de carrera, ex director general de Economía y Cooperación Internacional de la Cancillería y profesor universitario, al ser entrevistado telefónicamente por EL IMPULSO.
Colombia, Argentina, Perú, entre otros países que conforman ese grupo, han hecho sentir su voz en el continente. Desde el punto de vista multilateral, la situación venezolana ha venido siendo planteada en el seno de la OEA y el propio Consejo de Seguridad.
El caso de nuestro país, en las Naciones Unidas, no está en la propia agenda, sino en los pasillos, donde se cocinan los acuerdos.
El Grupo de Lima que es ad hoc marca la preocupación de la comunidad por falta de transparencia y compromiso de Nicolás Maduro con la democracia.
A diferencia de la ONU, donde están todos los gobiernos, incluyendo las más terribles dictaduras, en la OEA el compromiso de la Carta Democrática Interamericana es que en este continente los gobiernos deben regirse por los principios democráticos.
Esta es la razón por la cual falta Cuba, que no fue expulsada de su seno, sino suspendida. Cuando vuelva al sistema democrático, volverá a la OEA.
-El canciller Jorge Arreaza ha señalado que Estados Unidos no puede opinar en Venezuela y que las decisiones que se han venido tomando son ilegales. ¿Se puede considerar como injerencia lo que está ocurriendo?
-Todos los mecanismos que se han venido utilizando en el caso de Venezuela son válidos en el Derecho Internacional y están destinados a que el Gobierno comprenda, que en una sociedad globalizada, la integración es la pauta para cualquiera negociación y los valores de derechos humanos son necesarios.
Cuando vemos que se reúne en forma espontánea el Grupo de Lima por la crisis alimentaria, de sanidad y los elementos de corrupción, es porque todo eso mina los valores democráticos y golpea a cada uno de esos países. Los cuantiosos ingresos que tuvo Venezuela durante el mandato de Hugo Chávez corrompió a algunos países. Ahí están casos muy sobresalientes como el de Lula, quien fue corrompido por la cantidad de contratos que gestionó para Odebrecht. Y también los Kirchner, de Argentina.
-Pero, el Gobierno ha venido señalado que todas las acciones son contra Venezuela y lo que tratan es desestabilizar a la nación
-No es contra Venezuela y los venezolanos, porque las decisiones han sido tomadas concretamente contra individuos con nombres, apellidos y cargos. Se trata de sujetos señalados de corruptos. Aún más, están presos dos familiares de la pareja presidencial por tráfico de drogas.
-¿Es posible que esos parientes de la esposa del jefe del Ejecutivo nacional hayan utilizado la rampa presidencial y la primera pareja oficial no haya sido enterada?
-Cuando fui director de protocolo toda el área del aeropuerto destinada al Presidente estaba vigilada por los organismos de seguridad del Estado. No puede ser que ahora no lo sea. Lo que le importa a los países, y particularmente a los Estados Unidos, es que la droga, la corrupción materializada en dinero y bienes, contamina su propio sistema. Esos sujetos que han venido siendo señalados han utilizando su sistema bancario. En aquel país hay dos términos que se aplican en sus leyes: retaliación y retorsión. Retaliación cuando se toman medidas fuera del Derecho y retorsión dentro del Derecho.
-¿Está inmiscuyéndose el secretario general de la OEA en la política venezolana?
-El panel que abrió Luis Amalgro para ver si se cometieron delitos de lesa humanidad, es porque Venezuela es signataria de la Carta Democrátoca, que precisamente condena esos delitos. Y, además, ya la Unión Europea ha advertido de la situación. Hay una confluencia de intereses por salvar a Venezuela, porque ha sido una referencia muy importante para la democracia. Fue decisiva su participación en Centroamérica. Y en ese esfuerzo murió Arístides Calvani. Aquí vino en 1976 Felipe González para hablar con Rómulo Betancourt sobre el Pacto de Punto Fijo. Yo estaba trabajando con el Dr. Enrique Tejera París. Y en 1977 vinieron los pactos de la Moncloa para la democracia en España, donde hay preocupación por Venezuela, donde en 18 años ha pasado como un huracán más destructor que el Irma, tanto en el plano económico como en el social y militar.
-¿Qué le parece la decisión de Maduro de utilizar yuanes en vez de dólares?
-El Gobierno venezolano sintió la última medida de Trump. Pero, parece ignorar que el 80 por ciento de las transacciones en el mundo se hacen con dólares. Con yuanes, rublos o rupias no se pueden importar harina, caraotas o lo que se necesita.
