Desde el sábado en la noche no hay agua en el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp). Las dos bombas que surten las instalaciones dejaron de funcionar y todavía no han sido reparadas.
Sobre los hombros de los familiares recae el peso de esta deficiencia gerencial. Ayer se les vio cargando tobos de agua y botellones que llenaban en la pluma de la entrada de la Dirección hasta los pisos de hospitalización. También tuvieron que comprar sus propios productos de limpieza para evitar que sus parientes se contaminaran.
El personal de saneamiento ambiental, alrededor de 60 personas, están de brazos caídos, esta vez aseguraron no poder cumplir con el aseo del hospital sin el vital líquido y sin la dotación de los insumos de limpieza.
Simón Rojas declaró que desde hace más de un año no cuentan con paños, cepillos, cloro, desinfectante, solución para esterilizar, desengrasante, cera, alcohol, papel higiénico ni bolsas plásticas. “Anteriormente desinfectábamos con vinagre pero desde hace un tiempo sólo echamos agua, pero como desde el sábado no llega, no podemos hacer milagros”.
El personal de limpieza tampoco cuenta con cubrebotas, gorros y guantes, indispensables para el correcto funcionamiento del departamento. Esta carencia ha generado enfermedades en la piel de los trabajadores, es fácil percibir hongos en sus manos, brazos y pecho. Este asunto es de conocimiento público y de la directiva del personal.
El olor fétido es insoportable, las cloacas están colapsadas y a los baños no se puede entrar. Existe el riesgo de contaminación general, indica el trabajador Rafael Pérez.
El área de pabellones, sala de parto, emergencia y morgue, que requieren excesiva higiene, están críticas. Los médicos les indican a los familiares que lleven agua y cloro para hacer lo posible por desinfectar.
Comida en mal estado
Una trabajadora de la cocina, que también se quejó por la falta de agua, insistió que la comida es otro asunto que el Gobernador del estado Henri Falcón, debe priorizar.
Diariamente prepara entre 700 y 1.000 platos para los pacientes, aunque por la crisis económica desde hace un tiempo las porciones se redujeron, denunció que esta semana estaban sirviendo mortadela color verde.
-Desde hace tres meses se sirve la misma comida todos los días y esta semana es una mortadela a punto de dañarse, habrá que pintarla para que los pacientes no se den cuenta.
Los productos que normalmente se sirven en el desayuno son requesón, plátano o auyama; para el almuerzo, mortadela y sopa de frijol o de verdura con una naranja verde; en la cena toca lo mismo del almuerzo.
Para aquellos pacientes que requieren dietas estrictas se les da ensalada de repollo con calabacín.
-Ojalá pudieran pasar a la cocina para que vieran el estado en que se encuentra, llevo muchos años trabajando aquí y no se compara a lo que era antes. Sabemos que la crisis está fuerte pero atender a los pacientes es urgente, no los podemos dejar morir, señaló una cocinera.
Sin cobrar la quincena
Otro asunto que causa molestia en los trabajadores dependientes del Ministerio para la Salud en Lara, es que hasta la fecha no han recibido el pago correspondiente a la primera quincena de septiembre.
Son 3.735 empleados, 2.581 obreros y 137 suplentes para un total de 6.453 afectados, entre ellos el personal de aseo del Hcuamp, quienes exhortaron al Ministerio a fin de que haga llegar los recursos necesarios a Lara.
Aunque Falcón ha ubicado los fondos a modo de préstamo, esta vez no lo ha hecho. El Director Regional de Salud en Lara, Ruy Medina, ha reiterado que no le corresponde a la Gobernación el pago puesto que ellos dependen de la nómina de la nación.
Esta problemática es frecuente, la segunda quincena de agosto la cobraron con 9 días de atraso, siempre aducen a falla de la maqueta o problemas en la plataforma del Banco de Venezuela.
