Retomo estas líneas después de tres semanas de silencio.El silencio es bueno, tanto el exterior como el interior. Ayuda a reflexionar y a limpiar el alma y el corazón de rencores y de tanta carga negativa.Tener más de 18 años luchando contra un régimen que a todas luces y desde su comienzo, se veía perverso y cuyos postulados son inviables para cualquier país moderno, cansa. Con frecuencia oigo decir, hemos hecho de todo y nada ha dado resultado.Nuestros muchachos, dolorosamente, dieron su vida y nada se consiguió. La lista de presos políticos es grande y el maltrato, la desatención médica a esos presos, la tortura y la violación de sus derechos humanos, ya cobró la primera víctima en el concejal apureño Carlos Andrés García. La queja de algunos sobre la situación que vivimos llega hasta afirmar que murió el principal mentor de este modelo y ahí sigue esa gente y peor, porque su sucesor ni idea tiene de lo que hace, pero continúa, como los recientes huracanes, produciendo destrucción, corrupción y miseria a su paso.
Los venezolanos con convicciones democráticas claras y firmes, tenemos una sola manera de resolver nuestros problemas: el voto. Aunque sea lenta esa manera. La mayoría está de acuerdo que estas son nuestras únicas armas: la Constitución Nacional y las elecciones limpias. No nos desanimemos, votar es una obligación de conciencia y aunque el régimen haga todo por desanimarnos, acudamos a elegir nuestros gobernadores de estado este 15 de octubre. El 6 de diciembre de 2015 logramos un contundente triunfo en las elecciones parlamentarias. Si acudimos a sufragar como lo hicimos entonces, daremos otro certero golpe democrático al gobierno. En las primarias del 10 de septiembre no ganó quien fuera mi candidato, Luis Florido, sin embargo, estoy dispuesto a votar y animar a votar por el gobernador Henry Falcón quien fue electo candidato.Sería un desacierto enorme y una contradicción al esfuerzo hecho todos estos años, no votar este 15 de octubre. Votar es la solución pacífica y democrática.
Me altera el recurrente tema del diálogo entre gobierno y oposición. Me recuerda aquel cuento del gallo pelón y disculpen el coloquialismo. Sé de los esfuerzos hechos, en reiteradas ocasiones por los factores democráticos y a instancias de gobiernos extranjeros y organismos internacionales, incluso del Santo Padre Francisco, para que se concrete un diálogo sincero y efectivo. Pero cuando todavía se está en ese período que la oposición llama exploratorio, Maduro no hace más que mentir: Que ha habido más de cien reuniones con la presencia de Borges y Leopoldo. Que se reconozca una ANC espuria, inexistente, fraudulenta, se continúan violando derechos humanos, se eliminan centros electorales con el propósito de desanimar a los opositores, se improvisa un currículo ideologizado para la educación, cuyos efectos serán trágicos, se continúa con una política económica intencionadamente errada, se abusa de la radio y televisión sin que la oposición pueda hablar. Qué diálogo puede haber en semejantes condiciones.