La deuda consolidada del Estado venezolano para lo que resta de 2017 asciende a $6,5 millardos; en 2018, la cifra alcanza los $22,5 millardos, mientras que, en 2019, el acumulado se ubica en $25,2 millardos, de acuerdo con las estimaciones del Banco de Inversión Torino Capital.
Ante la falta de estadísticas consolidada es un obstáculo para el análisis de la economía venezolana, de allí que para subsanar este vacío, el banco de inversión Torino Capital ofrece en su reporte de esta semana una estimación del servicio de deuda externa consolidado entre 2017 y 2019. Este gran total incluye proyecciones de pagos por concepto de bonos – tanto de la República como de empresas del Estado –, compromisos de la República y Pdvsa garantizados con petróleo y, por último, añade los pasivos del Banco Central y las compensaciones pendientes por arbitrajes internacionales reconocidos por la República.
Los números presentados son definitivamente altos si se comparan con la capacidad del país para generar ingresos en moneda dura. Por ejemplo, el servicio de deuda estimado equivale a 65,4% de las exportaciones proyectadas para 2018. Sin embargo, es poco probable que toda esta deuda sea pagada. Ya sabemos que la deuda con China fue reprogramada una vez y que los compromisos con Rusia están en proceso de renegociación”, indica el texto.
Hay algunos pasivos, como los canjes de oro, en los cuales es razonable esperar que la obligación sea incumplida y que el acreedor, por lo tanto, se quedará con el activo usado como colateral (por ejemplo, el oro monetario), añade en su análisis el equipo de investigación del banco, liderado por el economista jefe Francisco Rodríguez.
Por lo tanto, si se excluyen de la estimación de servicio de deuda todos los préstamos bilaterales, así como los créditos con China, Rosneft y los compromisos del Banco Central, la cuenta se reduce a $12,4 millardos en 2018 y $12,6 millardos en 2019. No obstante, el consolidado de 2018 excluyendo estas obligaciones sigue representando 36% de las exportaciones de ese año.
-Claramente, algunas de estas deudas van a ser reestructuradas. La pregunta es cuáles lo serán y si la República le seguirá dando prioridad a los tenedores de bonos por encima de otros acreedores, indicó Rodríguez.