A veces oímos decir no tengo palabras, no encuentro palabras para expresarme. Cosa que no es verdad porque todos los hablantes, sin consciencia de ello, disponen de un repertorio que es la lengua, su código. Lo que sucedemuchas veces es que sentimos necesidad de manifestar nuestros sentimientos, pero, en realidad, no encontramos cómo conjugar nuestros sentimientos con las palabras que los puedan manifestar. No olvidemos que el discurso va más allá de la palabra.
Independiente del sentido de la amistad que me anima por Genaro Lucena. No hace falta mucha relación para dimensionar sus cualidades personales. Cualidades todas que se conjugan con fidelidad en su humanidad. Por tal razón a veces las palabras resultan de suma estrechez cuando de calificar se trata. Humano es ser no perfectible. Todos gozamos de nuestras generosidades, pero también nunca faltan los defectos. Pero en esta persona sus generosas cualidades con inteligencia ocultan las suyas.
Genaro es sinceridad, calidad humana, conste que no apelamos al término “calidad” en el sentido comercial con el cual se maneja. Humano como naturaleza del hombre que en este caso resulta profundo al entendimiento.
Noten como al tratar de ponderar sin exageración las cualidades de un individuo de mi más entrañable afecto, el mensaje se torna parcializado, tanto por los sentimientos como por las palabras. En la Universidad donde estuve dando clases lo tuve como mi jefe inmediato. Allí le conocí y pude valorar su excelente trato, su capacidad e inteligencia para desempeñarse sin generar entre sus subordinados un sí y un no. En todo el desempeño de sus funciones, las soluciones para todo estaban a la orden del día. Trabajar con una persona como la suya fue siempre un estímulo.
Después que me separé de la institución, esperé que transcurriera algún tiempo para poder manifestar su sencilla excelencia en el trato con todos. Su apacible generosidad; su inalterable conducta. Genaro es un hombre en todo el sentido de la palabra
y esta condición suya es general para todos nosotros: profesores y profesoras.
No es esto un panegírico, presumo pensar que todos quienes bajo su coordinación trabajamos conocieron de su rectitud y de su comprensión. No cuenta la falsedad en lo que llevamos expresado. Genaro como individuo más que como
coordinador es un ser excepcional. No me animan las palabras ni sus contenidos tan solo por expresarlos; no soy de los que tiran por la borda los sentimientos de amistad para que desprovisto desu peso aligeren la balanza y cuanto haya de manifestarse tengameditada transparencia. Como agua de manantial, mis palabras cristalinas desprecian el sucio de lo intencionado.
Por Carlos Mujica
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