Con el deseo podemos activar el poder. Con la pasión, con el pensamiento, con la emoción. Creamos lo que deseamos… hagamos magia.
A veces olvidamos la magia que habita en todas las cosas que nos rodean y fundamentalmente olvidamos la magia que nos habita. Somos magos que habéis olvidado que llevamos una varita mágica en nuestras manos.
Olvidamos que podemos activarla con el deseo. Con la pasión, con el pensamiento, con la creencia y con la emoción y al final todo esto parece gobernarnos en piloto automático.
La vida del hombre está hecha de hábitos y cada hábito es un ritual. Cuando recuperamos la visión de que todo lo que hacemos y de que todo aquello que nos rodea es especial, entonces la vida recupera la magia y nosotros nos volvemos sus magos.
Necesitamos volver a creer en la magia espiritual, y necesitamos reconectar con el ritual para volver especial lo cotidiano. Así es como uno encuentra la felicidad y trasciende la amargura; cuando descubrimos que todo es especial.
Haz oro del plomo. Haz amor del dolor. Haz perdón del odio. Esa es la verdadera alquimia. Eso hacen los verdaderos magos.
Levántate y da gracias al Sol por su luz, a la lluvia por su frescura. Háblale a los cielos. A las aves. A las plantas.
Bendice (di el bien y desea el bien) los alimentos; agradece por la comida, por quienes la comparten contigo aunque sea en tu corazón. Disfruta cada bocado y piensa: ¿Qué estoy por tragar? Así estarás en el momento presente todo el tiempo. Pídele a los alimentos que ingieras lo que necesitas para restablecer el equilibrio de tu cuerpo.
Habla con los alimentos, dale las gracias (si comes carne) a los animales de esa especie por alimentarte, a los vegetales pídeles que sanen tus dolencias físicas, al agua dile que purifique tus órganos.
Todo vive, todo vibra. Todo lo que te rodea te es oyendo. Haz magia.
Háblale a tus heridas, pregúntales ¿por q duelen? ¿Qué necesitan para sanar? Escribe lo que ellas digan.
Haz fuego y quema todo lo que represente un mal recuerdo para ti. Haz una lista de todo lo que deseas transmutar en tu vida, de todo lo que deseas cambiar y dejar atrás. Haz fuego y pídele al fuego que acepte transmutar todo lo que ess dándole en algo nuevo y positivo para tu vida y tu evolución.
Suelta al agua todo lo que sientas que no fluye, ese trabajo, esa relación… Escríbelo y entrégaselo al o, que su curso y fuerza constante agilice en tu vida aquello que no fluye. Pídele que reactive eso que se estan. Incluso si sufres de arritmias, pídele a tu corazón que sintonice con el curso del o y recupere su verdadero compás. Háblale al ro con amor, ternura y con respeto. Pídele que purifique tu alma de todo dolor.
Volver mágico lo cotidiano es recordar que nuestros hábitos son rituales y comenzar a ritualizar para nuestro mayor bien, ya no en la inconsciencia de la masa sino en la visión de un nuevo despertar en el que cada cosa que me rodea me oye y se pone al servicio de mi sanación y evolución cuando son tratados con amor y respeto por mi alma.
Hagamos magia.
