Como una agresión e intentos de intervención define el Gobierno de Nicolás Maduro, la acusación de Estados Unidos que ubica a Venezuela como un país que no dedica esfuerzos para impedir el narcotráfico.
A través de un comunicado, Venezuela rechaza la “práctica unilateral” por parte del Gobierno de Estados Unidos de evaluar, calificar y emitir resoluciones de países que son soberanos, y cuyas materias le competen exclusivamente a sus asuntos internos.
“Las declaraciones del subsecretario de Estado para el Buró de Asuntos Internacionales de Narcóticos y del Cumplimiento de la Ley de los Estados Unidos de América, William Brownfield, el pasado 12 de septiembre de 2017, así como esta nueva Resolución Presidencial, sencillamente constituyen una nueva agresión del gobierno estadounidense con la intención de robustecer la campaña que busca proyectar a Venezuela, país que no es conocido ni como productor ni como consumidor de narcóticos, como un Estado bajo el control del narcotráfico, a fin de legitimar así su objetivo político de intervenir y desestabilizar al Gobierno venezolano”, advierte.
De igual forma, resalta que Venezuela ha demostrado avances significativos en la lucha contra las drogas y así ha sido reconocido por la Organización de las Naciones Unidas, al admitirlo como un país libre de cultivos ilícitos, por cuanto considera que el presidente Donald Trump emitió dicha resolución como un arma con fines políticos, sin abandonar el argumento de que Estados Unidos es el principal mercado para el consumo de drogas ilícitas.
“Lejos de penalizar a otros países soberanos, deberían revisar sus políticas internas para garantizar la disminución del consumo, que es en verdad la raíz del problema. Instamos al Gobierno estadounidense a dejar de utilizar el tema con fines políticos, que acaban desestabilizando una zona de paz”, puntualiza el documento.