Para recordar: “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios, y conoce a Dios” (1 Juan 4: 7)
Para el 22 de Agosto, se discutió, en la llamada Asamblea Nacional Constituyente, la Ley contra el odio…, propuesta por el presidente Nicolás Maduro. Sin duda, ha dado y dará mucho de qué hablar. Sin embargo, pareciera que dicha ley apunta solamente hacia un solo sector; hacia todo ser que lleve la “contraria” a las autoridades. Y da mucha pena decirlo, que los seres humanos con dificultad practicamos lo que enseñamos. ¿Será que ellos están dispuestos a cumplir lo que quieren implantar?
La mayoría de los discuten esta ley, se refirieren a los que consideran sus adversarios, con una demostración de odio que se les “sale por los poros” ¡No se miran en ningún espejo! Y hasta el día de la alocución del presidente (07/09/17), pidió que los gerentes que no hacen su trabajo se deberían despedir y “quitarles la cabeza”, aunque lo haya hablado metafóricamente.
Algunos dicen, que se disminuiría o se quitaría el odio, si en nuestro país hubiese: Mayor calidad de vida; mejor producción industrial y alimentaria; más escuelas, hospitales, viviendas; ciudades más humanas; sistema de justicia más eficiente e imparcial y si hubiere que aplicar sanciones, sitios de reclusión humanizados apuntando a la reinserción, sin violar el debido proceso y los derechos humanos.
No hay leyes contra el odio, que se puedan comparar con las dadas por Dios desde hace miles de años, tomando en cuenta que hay una mayúscula y creciente cantidad de personas, que creemos en el Eterno y su Palabra. No obstante, Jonathan Switf señaló: “Tenemos suficiente religión para hacernos odiar, pero no la suficiente para amarnos los unos a los otros”.
En tal sentido, mucho antes Jesucristo había dicho: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado…” (Juan 13: 34); algo que justifica nuestro texto inicial, donde resaltamos: “…Porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios» (1 Juan 4: 7).
Cuando Jesús señaló: “Un nuevo mandamiento os doy”, no estaba anulando los Diez Mandamientos (la mejor Ley contra todo odio), es porque escuchamos poco lo que Dios le dictó a Moisés: “No odiarás a tu compatriota en tu corazón… No te vengarás, ni guardarás rencor…, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo; yo soy el Señor (Levítico 19: 17,18). Y la misma Biblia señala: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. (Deuteronomio 6:5).
En la propuesta Ley contra el odio…, Disposiciones generales, artículo 2, dice que se regirá por principios de: Paz, diversidad, reconocimiento, respeto, tolerancia, solidaridad, entre otros y volvemos a preguntar ¿estamos dispuestos a cumplir lo predicamos?
Entonces, en lugar de tantas leyes contra el odio, mayor conocimiento de Dios es lo que nos hace falta y como resaltamos: “El que no ama no conoce a Dios… porque Dios es amor”. Respetando la diversidad religiosa, el Señor de la Biblia sigue siendo el Gran camino contra el odio o cárceles y nunca aplicable solo para los “adversarios” de algún sistema; porque nadie como Dios, entregó a su amado, único y divino Hijo para Salvar a la humanidad; y es el mejor ejemplo de Paz, Amor y Unidad que podemos encontrar en este planeta.