Venezuela acusó este lunes al Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos de «comportamiento selectivo, parcializado y politizado» y pidió que cese la «agresión» de este organismo, que poco antes advirtió de posibles «crímenes contra la humanidad» en el país sudamericano.
«Los recientes intentos de informes contra Venezuela», sobre derechos humanos, «carecen de valor metodológico, son infundados y direccionados» y son usados como «arma política» acusó el canciller venezolano Jorge Arreaza, al intervenir en Ginebra en la 36ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
«El comportamiento selectivo, parcializado y politizado» del Alto Comisionado tiene como objetivo «perturbar la soberanía, la paz y la estabilidad de nuestro pueblo» denunció el ministro venezolano.
Poco antes, el Alto Comisionado había pedido una investigación internacional sobre el uso excesivo de la fuerza por las autoridades durante los recientes disturbios en Venezuela, estimando que se puede tratar de «crímenes contra la humanidad».
En un informe publicado el mes pasado, este organismo había asegurado que existe en Venezuela «una erosión de la vida democrática», que «apenas sigue viva, si es que todavía está viva».
Arreaza rechazó el informe «plagado de mentiras» y «ofensas a nuestro país», que «parece responder a directrices de Estados Unidos, principal violador de derechos humanos en el mundo».
Venezuela está sumida en una grave crisis política, económica e institucional. Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes antigubernamentales han dejado 125 muertos (121, según el canciller), entre abril y julio pasados.
«La mayoría de estas muertes son directamente atribuibles al accionar violento de los grupos antigubernamentales», afirmó Arreaza.
El canciller denunció asimismo una «agresión multiforme contra la economía » venezolana, tras la cual se halla el «desespero imperial por destruir la paz (…) y las instituciones de Venezuela y con ello controlar las mayores reservas de petróleo del planeta (…)».