El país deambula agotado, deprimido, hambriento de un rumbo certero que permita direccionar su libertad. Las contradicciones de los sectores democráticos exhiben su mejor momento. La fetidez oficial celebra ensimismada en su lúgubre doctrina. Hablan de paz constituyente mientras los gritos de dolor de sus víctimas ensordecen sus oídos y atormentan sus miserables existencias. La escasez se agudiza progresivamente y las reservas se agotan a un ritmo vertiginoso. La excusa perfecta comienza a proyectarse sobre la base de las sanciones económicas dictadas por el imperio. Bailan y cantan al ritmo de la muerte que avanza desenfrenadamente para terminar de aniquilar nuestra libertad. Enceguecidos de carencias e ignorancia, vitorean a sus victimarios en la certeza de escribir con hambre y dolor el epitafio de la democracia…
Las protestas de calle han dejado imborrables manchas de sangre libertaria que no pueden quedar impunes. La jerarquía roja se jacta de una paz atribuible a la constituyente, mientras el peregrinar del hambre y la enfermedad se incrementan exponencialmente. Nadie en su sano juicio puede hablar de paz, cuando la existencia se reduce a migajas. Cuando condenamos a toda una nación a vivir sumergidos en sus aguas cloacales desbordadas en los barrios por 19 años de rapaz corrupción. Cuando millones de venezolanos mueren de sed en los sectores populares porque este gobierno, luego de 19 años, no ha sido capaz de construir un solo acueducto nuevo. Cuando colapsan los sistemas de generación eléctrica por el despilfarro y la corrupción de un régimen sin escrúpulos de ninguna naturaleza. Cuando los venezolanos mueren en las puertas de los hospitales por falta de medicamentos, en contraste a las riquezas extremas de una clase política pestilente…
La paz es un concepto muy amplio que va mucho más allá de la deposición de las armas o el desmontaje de las barricadas para las protestas de calle. La paz es un concepto que proviene del alma del hombre libre que es capaz de expresarse a plenitud. Es un estado de sosiego que tiene que ver con esa relación estrecha que debe existir entre el pueblo y sus gobernantes para satisfacer las necesidades de todos los ciudadanos por igual. Jamás podremos hablar de justicia social mientras el colapso de las líneas básicas de servicios públicos primarios (agua, cloacas, luz, drenajes) nos condenen a la miseria e insalubridad. Jamás podremos hablar de paz, mientras exista un gobierno incapaz de cumplir con lo más elemental que debe asumir un estado de libertad y de derecho: La alimentación y la salud de su pueblo. En estas condiciones, entonces solo se habrá logrado el sometimiento de las multitudes insatisfechas que no viven en paz sino en el tormento de la barbarie y la opresión.
El país tiene que sobreponerse a esta depresión inducida por la manipulación mediática. Debemos convertirnos en el estorbo en el camino. Votar masivamente representa nuestra arma más importante. No te quedes en tu casa. Castígalos con tu voto y reconquistemos la democracia…
Mis comentarios:
-Se les agota la farsa. Saben que en las próximas regionales serán barridos en todos los estados…
-No nos creían capaces de ponernos de acuerdo con candidaturas unitarias en todos los estados…
-Los vamos a aplastar con el arma de los pueblos libres: El voto popular…
-Arriba ese ánimo y todos a votar…
El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor, y la ciencia del Santo es la inteligencia…(Proverbios 9:10)
Sergio Borgel