Una recolecta de útiles escolares (lápices, cuadernos, bolsos, uniformes nuevos o usados) para donar a la escuela Monseñor Romero, ubicada en el sector El Trompillo fue realizada el pasado viernes.
Lo que parecía un pequeño aporte a los niños necesitados, se trataba en realidad de una actividad coordinada por dos grandes actores sociales trabajando en conjunto: el movimiento Padres de Lara y la fundación Esperanza Activa.
Ambas organizaciones se encargan de desarrollar una amplia gama de proyectos sociales importantes en el estado Lara de manera independiente, visitando zonas deprimidas o donde el acceso a los recursos es limitado, para llevarles apoyo bien sea material, financiero o intelectual.
Unidos por el gusto de promover la educación, estudian la posibilidad de crear una alianza con el fin ampliar el alcance de sus ayudas sociales, tomando como ejemplo la organización de Fe y Alegría, donde los voluntarios siempre pueden conocer a quién fueron donados sus aportes y dónde pueden encontrar a los beneficiados, demostrando gran responsabilidad como asociación sin fines de lucro.
Por su parte, el movimiento Padres de Lara ha realizado numerosas donaciones de útiles escolares como la del viernes, organizándose entre padres y representantes de escuelas y colegios tanto públicos como privados, para lograr recolectas que benefician a una gran cantidad de niños en el estado. Cada vez son más los miembros de este movimiento, ya que muchos personas se han dado cuenta de que involucrarse en la iniciativa beneficia directamente a sus hijos, y también beneficia a niños de otros planteles que también despiertan en ellos el sentimiento de responsabilidad y amor parental.
En una oportunidad, los voluntarios de Padres de Lara visitaron el vertedero de Duaca, una zona que la misma comunidad bautizó con ese nombre, por estar muy cerca de un basurero donde los niños ocasionalmente buscan sus alimentos.
“Muchos nos decían que nos estábamos arriesgando mucho al visitar esta zona montañosa. Nos hicieron pensar que nos iban a robar y hasta nos iban a maltratar, ya que la mayoría somos mujeres”, afirmó Diana Lozada, miembro de Padres de Lara.
“Pero cuando llegamos, nos dimos cuenta de que cuando uno tiene buena intención, no importa que el lugar parezca inseguro, la misma comunidad te protege, te acoge y te dan la seguridad de que allí no te va a pasar nada, porque tú los estás ayudando”.
Lozada contó que los niños, al ver que su escuela no se encuentra en buen estado y que tienen muy pocos profesores, poco a poco se van desmotivando, hasta que finalmente dejan de ir a clases.
“Cuando les entregamos los bolsos, los cuadernos y todas las donaciones, vimos sus caras de alegría y emoción, fue algo completamente impactante. Al ver todos esos útiles escolares, se les iluminaron los ojos, ellos mismos se comprometían a ir siempre a clases de ahora en adelante”.
Por otra parte, Esperanza Activa es una fundación del artista plástico Jesús Pernalete Túa, donde coordina programas sociales para las escuelas Juan XXIII, Ana Soto, San Francisco, Las Tinajitas, Marcello Espinola, Variquisimeto y la escuela mencionada, Monseñor Romero, todas pertenecientes a la red de escuelas de Fe y Alegría.
Recientemente, la fundación puso en marcha un programa especial en esta última institución, llamado “Flor de la Esperanza”, trabajando con niñas con alta capacidad intelectual.
Esta iniciativa surgió porque los organizadores notaron que, culturalmente, las niñas que participaban en clase, demostraban buen entendimiento y obtenían buenas calificaciones, eran víctimas de acoso por parte de sus compañeros.
La escuela se encuentra ubicada en un lugar donde existe un alto índice de delincuencia, por lo que se espera que los niños tengan una conducta un poco agresiva. Para atender esta problemática, se han destinado psicólogos, trabajadores sociales y otros profesionales, para sembrar consciencia en los niños, creando una cultura donde el talento se aprecie y no se destruya.
“La cultura comienza en la educación. Los niños, y especialmente los niños con gran capacidad, son el grupo que va a sacar adelante esta sociedad. Si queremos ver a Venezuela reconstruida el día de mañana, es en ellos en quienes debemos invertir”, aseguró Pernalete.
El organizador comentó que un tiempo después de destinar estos esfuerzos en la escuela, bajó el nivel de violencia en la institución; los niños empezaron a expresar abiertamente que querían parecerse más a estas niñas que se destacaban en clases.
Los representantes de ambas organizaciones, comentan que en este momento es importante “unir fuerzas y trabajar como equipo, no como islas separadas”. Por esta razón, es probable que en las próximas semanas, los barquisimetanos vean más actividades en la ciudad, en manos de estos dos actores sociales.
La motivación en la educación
Así como se habla de la motivación laboral, donde los jefes se esfuerzan por mantener a sus empleados con ciertos beneficios para asegurar que hagan un buen trabajo, en la educación también es importante estimular a los usuarios, mediante un ambiente limpio, sillas decentes y un cuaderno donde drenar los pensamientos, abriendo espacio para la creatividad.
Si los niños encuentran ambientes limitados desde pequeños, será más difícil que quieran explotar su imaginación a partir de los contenidos que van aprendiendo cada día. Es comprensible que no siempre se cuente con los recursos financieros, pero es imperdonable no poner todo el ingenio para alentarlos.
Al respecto, Jesús Pernalete es muy claro en su visión: “yo pienso que el profesor es un agente transformador. Actúa como muro de contención para que esta situación económica no llegue a nuestros niños, permitiéndoles seguir soñando y aprendiendo”.
Partiendo de esta idea, su fundación tiene miras de trabajar en la valoración de los profesores, preparándolos para la importante labor de defender sus deberes con los niños, a pesar de lo que digan los padres, el gobierno o la sociedad.
Igualmente, es importante premiar el desempeño de los alumnos sobresalientes, especialmente en tiempos donde se conoce el fenómeno del acoso escolar. Para esto, los concursos por literatura, matemática y ciencias, los reconocimientos por participar en clase, y las charlas grupales e individuales, pueden ayudar a calmar el impulso de los niños de callar las voces de los que se destacan y al contrario, pueden estimular a imitar esas conductas.
Para conocer más de esta iniciativa, los interesados pueden seguir a @PadresDeLara en Twitter, y a @PadresDLara y @EsperanzaActiva en Instagram.