Uno de los indicadores que permiten medir el grado de desarrollo de una sociedad es el trato que otorga a sus integrantes más vulnerables, entre ellos las personas ancianas o con alguna discapacidad.
Premisa quebrantada cada mes cuando los jubilados y pensionados deben sufrir innumerables trabas a la hora de cobrar su pensión. El respeto, la dignidad y la consideración hacia ellos están ausentes en la larga fila.
Hasta siete veces deben acudir a las instituciones bancarias para lograr obtener el pago de los 160.000 bolívares, muchas veces, en billetes de baja denominación.
Los “beneficiarios” de las pensiones van uno, dos, tres y hasta siete días seguidos
a las entidades bancarias para lograr cobrar su dinero
Algunos no van por el cobro de una pensión pero están presentes en las adyacencias de los bancos para ofrecer un cafecito o cigarros y de esta forma obtener algún dinero para
su subsistencia
La cola de los pensionados se distingue, entre otras cosas, porque la mayoría de ellos prefiere cobrar por taquilla y no utilizar el cajero electrónico (también con limitaciones)
Las horas de obligada espera transcurren entre conversaciones que van desde recurrentes críticas al Gobierno y los relatos de achaques comunes
¿Hasta cuándo? La interminable espera a pleno sol agota, genera frustración e impotencia,
y desgasta la salud de los llamados “abuelos”