“No se trata de un ornato, de si se ve bonito o no”, dijo Lily Torres, presidenta de la Asociación Nacional de Consejeros y Consejeras de Protección en Venezuela (Asonacop), en relación a cómo son vistos los menos de edad que se encuentran viviendo en las calles.
Ante la preocupación de ver cada día más niños en las avenidas de la ciudad se generó la Jornada de actualización, doctrina, legislación y programas para la atención de niños, niñas y adolescentes en situación de desprotección.
En el evento participaron diversas instituciones, como la Defensoría del Pueblo, Idena, Consejos de Protección, Consejos Municipales de Derecho, Saina Lara y Berea Internacional; unidos bajo el lema “todos somos responsables de la protección”.
Durante la jornada, que se dividió en dos etapas: las ponencias y una mesa de trabajo; se planteó la necesidad de reunir a los menores con sus familias, considerando la importancia de la misma como célula social y creando los lazos que como familiares deben tener.
Ante este tipo de casos, Asonacop, en conjunto con las demás organizaciones, pretende ubicar a los familiares de los pequeños, pero también dialogar con aquellos que se encuentran juntos viviendo la misma situación e instruirlos para evitar que vean la calle como un medio de supervivencia, para esto se apoyará en los entes que ofrecen programas de ayudas sociales y que les permitan a los padres e hijos mantenerse.
“No es solo tener un lugar para dejar a los niños que están en las calles y dejarlos allí, como un depósito”, señaló Torres ante lo que muchos ven como una solución; sin embargo es algo que no es bien visto por la Convención Internacional de Derechos del Niño, puesto que considera que es importante no romper el vínculo familiar y respetarle sus derechos a los pequeños.
Torres espera que en las próximas semanas inicien los programas planteados, tanto la localización de familia, como el fortalecimiento y la educación de la misma.
“No podemos abordar al niño si no abordamos de manera integral”, destacó la presidenta de Asonacop ante la intención de ir más allá de beneficiar a los menores al brindarle algún refugio, sino además buscar sembrar valores que permitan una mejor sociedad.
Enfatizó es lo difícil que se hace cuantificar la cantidad de niños que día a día acuden a las calles e incluso, son explotados para obtener dinero; no obstante no ve esto como una limitante, por el contrario, hace que sea mayor la necesidad de implementar estrategias que permitan a estos y a sus seres cercanos una mejoría en su calidad de vida.