Con las sanciones impuestas a Venezuela por los Estados Unidos, se formaliza una situación de facto, porque el país se había autoaislado de los mercados internacionales mucho antes de las medidas aplicadas por la Administración Trump, asegura David Osio, CEO de Davos Financial Group.
Para el CEO de DFG, el aislamiento de Venezuela se hizo evidente cuando se realizaron las transacciones con Goldman Sachs y Nomura hace unos meses.
-No se trata de un plan maquiavélico de algunos países o instituciones. Es la reacción natural del mercado financiero ante un país cuyo gobierno ha buscado implementar un modelo ideológico contrario a las reglas del mercado y los valores de la comunidad inversionista, explica Osio.
Los efectos
Analistas prevén que dichas medidas generen un impacto desfavorable, tanto en la capacidad de transar los bonos ya existentes en el mercado secundario, afectando en consecuencia su liquidez, así como en la capacidad de endeudamiento del gobierno venezolano en el mediano plazo, limitando aún más su capacidad de acción en los mercados.
Ante esto Osio comenta, “se hizo evidente que la llamada comunidad internacional, ya no tolera que entidades financieras estén facilitando el acceso a los mercados, a un gobierno que enfrenta serios cuestionamientos internacionales por el conflicto político que atraviesa, y que además no cuenta con un plan económico coherente”.
-Estas sanciones pueden limitar la capacidad de transacción de los bonos con bancos de primera línea, quienes en vista del riesgo asociado van a preferir no transar los bonos de Venezuela o los de PDVSA-, agrega.
Adicionalmente, afirma que “estas medidas tendrán un efecto en la población, incluyendo la que vive fuera del país, cuya actividad económica depende de la economía nacional”.
Sin embargo, se recuerda que esta es una situación que ya venía ocurriendo.
En efecto, Andrés Coles, director de Davos Financial Advisors, recuerda que “el 29 de diciembre de 2016 el Banco Central de Venezuela intentó una emisión por US$ 5.000 millones, pero le fue imposible venderla a mercado internacional y tuvo que vendérsela así mismo”. La emisión fue adquirida por una institución financiera del propio Estado, la cual entregó bolívares al BCV.
De acuerdo con el director de DFA, esa operación reveló que el Estado venezolano ya no podía colocar directamente deuda en mercados internacionales, y que debía hacerlo a través de instituciones en el mercado secundario, aceptando precios ínfimos por sus bonos.
“El mercado es tan eficiente que ya había aplicado un bloqueo implícito. Es por lo que ahora algunos analistas se preguntan si las sanciones de Trump eran necesarias.”, comenta Coles.
Golpe a la industria petrolera
Hasta ahora, el bloqueo extraoficial ofrecía ciertas ventanas de oportunidad.
“Antes de estas sanciones, el Estado venezolano pagaba sus compromisos con proveedores entregándoles bonos de la deuda o notas promisorias, o con el dinero obtenido al vender estos bonos a precio de remate. Ahora no lo podrá hacer, porque las plazas principales donde esos instrumentos se negocian se han cerrado formalmente”, explica Osio.
Este mecanismo se utilizaba comúnmente para honrar compromisos con proveedores de servicios de la industria petrolera, que ahora se verá más afectada ante la imposibilidad de utilizar esta herramienta.
“Las sanciones también impiden que el Estado venezolano pueda recibir los dividendos de sus empresas petroleras en territorio estadounidense -que fundamentalmente es Citgo-, ni generar deuda respaldada con estos activos”.
De acuerdo con David Osio, “este escenario ha dificultado igualmente la capacidad de PDVSA y empresas del Estado de obtener cartas de crédito por parte de los bancos internacionales para sus exportaciones. Esta situación limita aún más la operación financiera de la industria petrolera, y por ende el continuo deterioro en sus actividades”.
¿Riesgo de un default?
Para el equipo de DFG, el cierre de los mercados para Venezuela no es el resultado de un plan macabro, sino de la reacción del mercado financiero ante un actor que representa un riesgo económico.
El clima político está afectando el buen desempeño de los bonos venezolanos, incrementando peligrosamente el riesgo a un default.
En opinión de David Osio, este comportamiento de los mercados, alejándose del riesgo de Venezuela, tiene un efecto más poderoso que las sanciones de cualquier nación u organismo multilateral.
¿Qué hacer?
A una semana de anunciarse las medidas, muchas instituciones han anunciado oficialmente su negativa a negociar papeles del Estado venezolano, por lo que muchos se preguntan qué puede hacer Maduro salir adelante.
Al respecto, Osio explica que “el problema de Venezuela no es netamente económico. Es un problema de confianza en quienes dirigen la política económica y las funciones del Estado. Al no confiar en la dirección del país, los mercados toman sus previsiones con o sin sanciones”.
“En nuestros reportes recientes advertimos las implicaciones de no tomar medidas de ajuste económico, en términos de hiperinflación, mayor deterioro de la calidad de vida. Ahora es tarde para tomarlas”.
“Se ha hablado que un camino para contener la crisis en desarrollo sería dolarizar la economía, y creemos que esa puede ser una vía. No obstante, el punto clave sigue siendo la confianza que generen quienes estén al frente de las riendas del Estado venezolano”, asegura David Osio.