El engendro pseudoconstitucional no tiene padre.
El pueblo venezolano desconoce la paternidad de semejante adefesio jurídico, que irrespeta la voluntad de un soberano que no fue consultado al momento de concebir esto.
Nació del útero alquilado del totalitarismo internacional, que lo asume como su oportunidad para obtener beneficios que sostengan sus múltiples fechorías. Desde hace décadas el comunismo es un alma en pena que arrastra las pesadas cadenas de sus fracasos.
Venezuela es un oasis en donde respira con el oxígeno petrolero; que alimenta sus pulmones cargados de alevosías. Las primeras actuaciones de la constituyente usurpadora son un total desastre. Utiliza la anuencia oficial para ir en pos de las instituciones democráticas, para transformarlas en entes podridos que son permeables al capricho de Miraflores.
Más de quinientos seres de ultratumba actuando como autómatas, sin ningún tipo de criterio que puedan indicarnos un camino. Solo son actores secundarios que funcionan como parte de un libreto envuelto de absurdos. Para ellos el debate de las ideas es contrarrevolucionario. Solo entienden la sumisión absoluta a quien le complace sus caprichos. Luego de tomar por asalto el
Palacio Federal Legislativo dieron rienda suelta a sus instintos. Arrasaron con micrófonos, griferías y cuanto objeto de valor encontraron en el Hemiciclo. Llenaron de excrementos las paredes de los sanitarios mostrando el poco criterio en sus neuronas. Y pensar que este grupo de venezolanos son los encargados de legarnos una nueva Carta Magna. Es apenas el comienzo de la cámara de los horrores; al tener personas sin la debida preparación al frente de idear un contrato social que sostenga el músculo de la República.
Desde los espacios usurpados le hablan al país que los rechaza enérgicamente. Si trasladamos su origen y actuaciones al prisma del planeta su condena es casi unánime. Las cincuenta naciones más importantes del mundo rechazan a la constituyente fraudulenta, no existe escenario universal que no sea contraria al invento del oficialismo venezolano. Solo dictaduras de la peor especie, gobiernos cuestionados en lo moral; le arriman el hombro al proyecto aberrante. Sin dejar de mencionar que grandes potencias como China y Rusia se hacen solidarias del engendro, debido a que son de los grandes beneficiarios del saqueo nacional.
Observarlos en sus actuaciones es sentir que su suicidio está próximo. Creen que en los espacios usurpados a la Asamblea Nacional, pueden decidir- no solo la suerte de la nación- sino retar al planeta con el fuego de su lenguaje procaz. Sus pobrísimos discursos los bañan del patrioterismo que desafía al mundo libre. Ese veneno en las entrañas con el ADN de sus confusiones terminará de liquidarlos. El rechazo absoluto de la decencia lo tendrá siempre metidos en la oscuridad infinita…
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