En el estado Yaracuy fue detenido el asesino de un funcionario de la Policía Municipal de Iribarren (PMI), a quien le dispararon el pasado martes 4 de abril de 2017 en Tamaca, al norte de Barquisimeto.
Ese día Luis Rafael Leal Pérez y su compinche no titubearon en asesinar al poliribarren para después llevarse sus pertenencias, incluyendo el arma de reglamento.
Este miércoles, Leal Pérez fue aprehendido por la Policía del estado Yaracuy (Poliyaracuy), específicamente por efectivos del Centro de Coordinación Policial del municipio Peña.
Este peligroso criminal, de 23 años de edad, se encontraba solicitado a nivel nacional desde el 1º de mayo del año en curso, por el Juzgado Séptimo de Control, tras comprobarse su participación en el homicidio calificado del oficial Omar Antonio Castañeda Vásquez, de 30 años de edad, quien precisamente había pertenecido a las dilas de Poliyaracuy.
Las autoridades se encuentran determinando si fue este sujeto quien accionó el arma homicida contra el policía hoy difunto. También están tras la búsqueda del otro agresor.
Según la base de datos del Consejo Nacional Electoral, Luis Rafael es residente del barrio San Jacinto, situado al norte de la capital larense.
Compraba repuestos para su moto
Sobre las circunstancias en la que fue asesinado Omar Antonio, contaron testigos del suceso en ese entonces que, como a las 9:30 a.m. de ese día, el hoy occiso –franco de servicio- y su cuñado se estacionaron en un local de repuestos para motocicletas, ubicado en la carrera 2 de Tamaca, entre calle 2 e Intercomunal Barquisimeto-Duaca.
Se bajaron de la moto en la que andaban –propiedad del poliribarren- y en minutos fueron interceptados por dos sujetos que caminaban por la zona.
“Eso fue cuestión de segundos. Ellos llegaron a pie, venían como de la iglesia San Antonio de Padua, y como él (Castañeda Vásquez) estaba de espaldas a la calle, lo encañonaron y le decían: Dame la moto, dame la moto”, explicó un espectador del crimen a EL IMPULSO.
Aparentemente el efectivo policial no obedeció las órdenes del criminal y mostró intenciones de desenfundar un arma de fuego; por lo que los maleantes dispararon –presuntamente con un revólver- en al menos cinco oportunidades, le quitaron su “9 milímetros” y abordaron su dos ruedas –de color rojo- para darse a la fuga.
De las cinco detonaciones, al menos tres dieron en la humanidad de Omar Antonio, quien presentó heridas en cuello, hombro izquierdo y pecho, cercano al corazón. Las otras dos balas rebotaron en las paredes y quedaron en la escena del crimen.
Entre varias personas levantaron a la víctima para llevarlo en brazos hasta el ambulatorio del sector, situado como a dos cuadras de la escena del crimen. Allí perdió la lucha por su vida como 15 minutos después de su ingreso.
En aquella oportunidad, cabe destacar, allegados al occiso denunciaron que por falta de ambulancia, el policía no pudo ser trasladado al Hospital Central Universitario Antonio María Pineda. Aproximadamente 45 minutos después del incidente fue que apareció un vehículo asistencial.
Castañeda Vásquez estaba adscrito a la Policía Comunal del norte de la capital larense y tenía cuatro años en las filas de la PMI. Tras su partida quedó sin padre una pequeña.