En hogares humildes como el de Francisco Marchán, en Chirgua 4, al noreste de Barquisimeto, usan las tierras libres del frente y patio de la casa para sembrar plantas de cambur, lechosa y parchita. Para que prosperen necesitan de la lluvia o del riego manual y la naturaleza no ha cedido los últimos meses con tanta frecuencia; tampoco la mano del hombre a través del funcionamiento de Hidrolara ha sido útil, pues en la vivienda de Marchán no se asoma el líquido por la tubería desde hace aproximadamente tres meses.
Por la ineficiencia del sistema de agua blanca las últimas semanas los pobladores de Chirgua 4 y Chirgua 1 y en la calle principal de El Cercado dependen de los camiones cisternas y de que sus conductores accedan a vender no la carga completa sino por contenidos mínimos, porque la mayoría puede pagar solo una pipa –unos 200 litros-, cantidad que rinde dos días a igual número de personas si se usa solo para lo esencial (cocinar y asearse), como lo refirió el señor Marchán.
Llenar un tanque de 10 mil litros puede costar 50 mil bolívares, uno de mil litros equivale a 8 mil bolívares y el envase más pequeño de 200 litros, 2 mil.
Unos tres meses atrás desde la Gobernación enviaban vehículos para llenar tanques y pipas en Chirgua 4 de manera gratuita, pero desapareció la ayuda.
En El Cercado, creen posible que las numerosas invasiones que se han perpetuado en la entrada del sector son parte del problema, porque usan la misma toma de agua. En esa comunidad tampoco colaboran en la búsqueda de soluciones los líderes sociales. “Los consejos comunales no sirven para nada. Solo tienen beneficios para ellos y sus familias”, se quejó Lucinda Meza, habitante de la zona y afectada por la falta de agua.
Mientras en las tuberías de aquellas casas el agua no aparece o cuando lo hace sale a cuenta gotas, desde el distribuidor El Ujano emerge el agua y corre como un arroyo por la avenida Hermann Garmendia, debido a una avería sin solucionar por Hidrolara hasta el lunes por la tarde.
Al sur y al oeste de Barquisimeto otras áreas residenciales atraviesan por el mismo problema.
Sin previsiones
En el municipio Palavecino, la parroquia José Gregorio Bastidas es donde con peor intermitencia llega el agua. Según el horario de la hidrológica en Las Mercedes, uno de los sectores que la componen, deberían los habitantes gozar del servicio con frecuencia inter diaria, pero no es así. “Es una lotería”, comparó Rafael Franchi de la Fundación Amigos de Las Mercedes.
En porciones de esa zona, como los lotes 2 y 3, hay ocasiones cuando los residentes pasan hasta 10 días con las tuberías secas. Cuando el agua llega, dijo Franchi, lo hace sin presión y no dura más de cuatro horas.
El problema tiene raíz, como lo analizó el vocero comunitario de Las Mercedes, en que de parte de la empresa no hubo un plan de prevención ante el crecimiento poblacional de la parroquia, puesto que los primeros 24 años de existencia de la urbanización no hubo quejas del servicio, porque era ininterrumpido las 24 horas, sin embargo, durante la última década aparecieron las fallas de suministro y desde hace un año se agravó, refirió Franchi.
Cuando crearon el acuífero de Valle Hondo el plan era la apertura de cinco pozos y solo se abrieron dos. Aquello fue en 2011 y desde entonces no han surgido nuevas fuentes de agua, refirió Franchi. También se construyó la estación de rebombeo de El Recreo y funciona, pero el remedio definitivo sería la represa de Las Dos Bocas, que surtiría no solo a Palavecino, sino Acarigua, La Miel, Sarare y parte de Barquisimeto. La obra debió comenzar a erigirse en 2006, tras el anuncio del entonces presidente Hugo Chávez, en 2005. No sucedió.
Problemas por falta de agua se masifican en el estado Lara
Según vecinos, el problema del suministro de agua está presente en cada vez más puntos del estado, ocasionando a su vez problemas en su higiene, salud y el bienestar
El suministro de agua ha desmejorado notablemente en los últimos meses, con un declive abrupto en Cabudare y en el oeste de Barquisimeto, donde las urbanizaciones tienen el servicio en sus hogares apenas uno o dos días a la semana.
Vecinos que habitan en el sector La Mora, Cabudare, expresan que desde hace dos meses no reciben agua para asearse, lavar los alimentos y la ropa, mientras la urbanización La Puerta tiene quejas porque las facturas de Hidrolara estipulan un aumento del 87% y apenas tienen el servicio en sus casas alternadamente, un día sí, un día no.
Por otra parte, en Los Rastrojos, la comunidad de la calle 1 alega que tienen cuatro semanas sin recibir ni el más mínimo importe de agua, por lo que tienen que acudir a los vecinos de la calle 2 para que les den una cubeta de agua, la cual no les alcanza para bañarse y realizar las tareas del hogar.
En la urbanización El Obelisco, al oeste de Barquisimeto, reportan absolutas faltas de agua incluso en los “días asignados” que tienen para disponer del servicio: martes, jueves y fines de semana.
“Los embalses están llenos, porque ha llovido bastante. Entonces ¿cómo explica que no tengamos agua?”, interrogó Carlos Alvarado, habitante de El Obelisco y profesor jubilado de la UCLA. “Le hago un llamado a Henri Falcón, que si está solicitando otro período para ser nuestro gobernador, tiene que hacer algo al respecto, este es un servicio del cual es enteramente responsable”.
Asimismo expusieron que si el problema era la falta de mano de obra, bujías, guayas, en otros recursos para darle fuerza al agua para salir a la superficie, que recordara que hay muchos vecinos dispuestos a trabajar para poder mejorar su calidad de vida.