De “infundado” y “manipulado” calificó el Gobierno venezolano el informe presentado por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos sobre los “extensos” abusos cometidos por las fuerzas de seguridad entre abril y final de julio en el marco de las protestas antigubernamentales.
“Es una patética demostración de que esa oficina y, especialmente, el propio alto comisionado, Zeid Ra’ad Al Hussein, han tomado el camino de denostar la democracia participativa y protagónica que existe en Venezuela”, señaló en un comunicado el embajador venezolano ante la ONU en Ginebra, Jorge Valero.
Afirmó que “tan infundado informe” ha sido elaborado sin mandato alguno, dado que no ha mediado ninguna solicitud formal de los órganos intergubernamentales competentes de Naciones Unidas.
La ONU detalla en el informe el uso de fuerza excesiva y letal por parte de las fuerzas armadas, posibles ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, torturas, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas temporales, allanamientos ilegales y violentos de viviendas, juicios militares contra civiles, ataques contra periodistas y ataques y restricciones contra opositores.
Valero acusó a la Oficina del Alto Comidionado de comportarse “como una de las tantas ONGs financiadas por intereses inconfesables, para satanizar -en nombre de los derechos humanos- a gobiernos y pueblos soberanos” y de sumarse “a la campaña intervencionista foránea, que busca erosionar la soberanía y el derecho a la autodeterminación de la Patria de Bolívar”.
El informe, añade el embajador, “está plagado de mentiras”, por utilizar presuntamente “fuentes sesgadas” y reproducir información “de organismos fantasmas, de ONG financiadas por instancias del Gobierno norteamericano y órganos de seguridad”.
El documento, agrega Valero, hace “una narrativa falsa y manipuladora” de lo que realmente ocurrió en ese período.
Según Valero, la ONU atribuye a cuerpos de seguridad del Estado asesinatos “cometidos más bien por los violentos y terroristas de la oposición”, “exagera el número de víctimas que padecieron la violencia y “oculta casos puntuales” en los que agentes del Estado incurrieron en violaciones de derechos humanos, pero que fueron de inmediato sometidos
Según Valero, “grupos fascistas” quemaron a seres humanos vivos y practicaron abominables linchamientos”, al asesinar a once miembros de las fuerzas de seguridad, asaltaron establecimientos militares, destruyeron bienes públicos y privados y promovieron gritos de guerra y celebraron la muerte de compatriotas.
“Para el alto comisionado y su oficina (…) tales crímenes no existieron”, sostuvo Valero.