”Lo que hacemos en Honim es justicia. Una obra que anuncia la verdad, la justicia en una sociedad marcada por la injusticia”.
Las palabras corresponden al padre Laudence Betancourt, sacerdote de la Congregación Don Orione y director del Hogar de Niños Impedidos de Barquisimeto, durante la homilía de acción de gracia para celebrar los 35 años de su fundación.
Son 35 años de una institución que, pese a no recibir el suficiente apoyo económico desde los organismos oficiales, ha mantenido la prestación de atención a niños y jóvenes discapacitados, muchos de ellos abandonados.
En sus palabras, el padre Betancourt recordó al padre Ribas, uno de los fundadores a nivel local, y, por supuesto, a San Don Orione, a nivel mundial, y a la Virgen María.
“Honim es una obra que es madre de aquellos que por circunstancias de la vida han quedado abandonados”, dijo.
También manifestó que no se trata de una obra cualquiera pues supera en mucho a cualquier concepto de obra social.
“Es una obra de Dios que brota de la fe, del mismo corazón de Dios; es un reflejo de la pasión de Cristo por los últimos, los abandonados, los pobres, los patrones, como les llamaba San Orione”, expresó.
El padre Gaudence también agradeció a quienes colaboran con la institución, a las Madres Cuidadoras, las tías, los tíos, los jóvenes de diferentes grupos, como Proyecto de Amor, de los EMC y EJC.
En la actualidad, el Honim alberga a 68 niños, adolescentes y jóvenes especiales, además de otros 15 en el hogar de la congregación en el barrio José Félix Ribas.
Para que eso sea posible se requieren mayores recursos para la adquisición de alimentos, medicamentos, pañales, lencería, servicios y, pago de un personal que trabaja más por espíritu de servicio que por un sueldo.
Estos 35 años fueron celebrados con un compartir de colaboradores y la misa especial en la que se multiplicaron los votos porque la obra se mantenga con la bendición de Dios, María y San Orione.