La infalibilidad no es precisamente una cualidad que puedan exhibir los seres humanos. En ese sentido, debemos oponernos radicalmente a esa perversa pretensión de crear barreras de contención ante las observaciones que se pudieran hacer en relación a la forma de dirigir a la oposición venezolana, o, en todo caso, esa tendencia de los cogollos a satanizar la crítica sana en relación a un asunto que nos compete e involucra a todos: nuestro país. Equivocadamente, se pretende enfilar ataques hacia quienes difieren del manejo de la política en tiempos totalitarios. La crítica sana es necesaria, lo inaceptable en estos tiempos de obligante unidad, es el daño creado porpugnacidades de tipo personalista en procura de cargos de elección popular…
Estos 19 años han sido de aprendizaje y crecimiento por goteo de toda la sociedad venezolana. Recordemos que nuestra generación nació, creció y se formó en democracia. Aprendimos a cambiar malos gobiernos y malos gobernantes con el voto popular como expresión genuina de los pueblos libres. Con todos sus defectos, el país activó los resortes institucionales para establecer los mecanismos naturales de contrapeso en un estado de libertad y de derecho. Nunca estuvimos preparados para el manejo de armas a fin de declarar la guerra en contra de nuestros propios hermanos. Tampoco sabíamos de conflictos de clases, teológicos o raciales para establecer vínculos terroristas con naciones del medio oriente. Fuimos una sociedad que con todos sus defectos podía curar sus heridas sociales y convivir al margen de retorcidas consignas alienantes, que en el nombre de los pobres, estimulan el belicista uso del poder para el exterminio y dominación del adversario…
Es normal que nos equivoquemos. Lo que resulta inadmisible es continuar despertando expectativas inviables:“Chávez ya se va”. “Este gobierno va a caer”. “Maduro ya se va”. “La constituyente no va”. No hablemos de tiempo, ni de salidas definitivas. Hablemos de constancia y disciplina para continuar la lucha. Debemos decirle la verdad al país y entender que esto no es fácil para nuestra sociedad. Debemos aceptar que nos hemos equivocado de buena fe y entender que la lucha continua hasta que Dios considere que hemos purgado nuestras culpas colectivas. No podemos individualizar ni parcelar los discursos. En un escenario cambiante, tenemos que estar permanentemente comunicados para construir esa tan necesaria “Unidad Superior” de la que los “eruditos” hablan. Pero por sobre todo, es necesaria la humildad de parte de la dirigencia política…
Mis comentarios:
-Sentimos profundamente la partida del buen amigo Francesco Leone. Ciudadano ejemplar que deja un profundo vacío en la comunidad universitaria y larense. Desde este modesto espacio, hacemos llegar nuestras palabras de condolencias a sus familiares y amigos.
-Hemos ganado mucho terreno pero no lo suficiente. Ahora más que nunca se requiere cohesión y unidad…
-La verdad pasa por aceptar que a pesar de las equivocaciones naturales, hemos avanzado mucho…
-Las fechas y horas definitivas producen grandes frustraciones cuando los objetivos no son los esperados…
-Utilizar la calle y sus muertos como consigna de proyección política, resulta miserable y absolutamente inhumano…
-Los aciertos y errores son de todos. Asumámoslo con sentido histórico…
Cuando gobiernan los justos, el pueblo se alegra; cuando domina un malvado, el pueblo gime…(Proverbios 29:2)
Sergio Borgel
