El Parlamento venezolano, de mayoría opositora, buscará repatriar fondos que sospecha son fruto de la corrupción y que podrían ascender a unos 600.000 millones de dólares, informó este martes el diputado Juan Guaidó.
Guaidó, presidente de la comisión de Contraloría del Legislativo, citó reportes del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y «multinacionales amigas» que -asegura- dan cuenta de una fuga de 300.000 a 600.000 millones de dólares ligados a ilícitos.
Ante la junta directiva de la cámara, anunció el trámite de una ley para que «podamos financiar el futuro de Venezuela, la reconstrucción, con parte de estos fondos que podamos repatriar en el futuro».
«Hay una oportunidad en este triste desfalco que han hecho al país», añadió, sin precisar el período en que ocurrieron las irregularidades.
Guaidó reiteró que solicitará a la exfiscal general Luisa Ortega las pruebas que -según ella- implican al presidente Nicolás Maduro y dirigentes chavistas con el escándalo de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Ortega huyó a Colombia al denunciar ser víctima de «una persecución política», a raíz de su ruptura con Maduro, al que tilda además de «dictador».
El pasado 23 de agosto, la exfiscal sostuvo en Brasil que dispone de «muchas pruebas (…) que comprometen a altos funcionarios venezolanos, empezando por el presidente» con los negocios de Odebrecht.
Ya Guaidó había adelantado que sus pesquisas indican que la contratación con esa empresa ascendió a 22.000 millones de dólares durante los gobiernos del fallecido Hugo Chávez (1999-2013) y de Maduro.
Pero «cada vez que nos adentramos surgen nuevas empresas, nuevos nombres», afirmó este martes Guaidó, quien debió suspender una presentación detallada de sus averiguaciones ante el Parlamento por falta de quórum.
Venezuela disfrutó de una década de bonanza petrolera que le permitió reducir los índices de pobreza y que llegó a su fin en 2014 con la caída de los precios del crudo, dando paso a una aguda crisis con escasez de todo tipo de bienes básicos y una inflación que según el FMI trepará a 720% este año.