La sociedad se encuentra fragmentada en las respuestas electorales. Una parte de la nación apuesta por la alternativa del voto, cuya importancia será reflejada en las primarias previstas para el domingo 10 de septiembre. Otra, se encuentra desdibujada por las actuaciones de la Mesa de la Unidad Democrática, cuyos dirigentes apostaron y siguen creyendo en una salida abrupta del modelo político y económico que se ha venido implantando en el curso de los últimos 18 años. .
Tal es el criterio de Wilfredo Páez Ávila, politólogo, profesor de geopolítica y geoestrategia de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, presidente de la fundación Emprendedores Solidarios y colaborador del centro Gumilla, quien fue entrevistado por EL IMPULSO.
Nueva fuerza social
-¿Cuál es su mayor observación en torno a todo lo que ha venido sucediendo?
-Después de 104 días de lucha intensa, escenificada en las calles de todo el país y desafiando una feroz represión desatada mediante un programa de acción militar trazado por el Ejecutivo nacional, se generó una enorme expectativa sobre sus resultados. Evidentemente, se le dio al Gobierno una fuerte estocada en protestas y movilización social, pero es importante hacer ver que aunque la mayor parte del país no estaba de acuerdo con el estilo de la protesta –guarimba, tranca de calles, tala de árboles y en algunos casos saqueos-, en esos grupos nació una nueva fuerza social.
-¿Esa fuerza no quedó a la deriva?
-Considero que debe ser conducida por los actores políticos. Puede ser la MUD o una nueva fuerza política que la sociedad pudiese estar produciendo. Hasta ahora ningún actor o actores de la política nacional, incluyendo al gobernador de Lara, Henri Falcón, que ha querido captar esos grupos, ha podido llevar un mensaje impactante, atractivo y con mucha convicción que convierta esos movimientos en una nueva fuerza política nacional.
El Estado fallido
-¿Y cómo ha visto la reacción en el lado opuesto, en los partidarios del oficialismo?
-En los sectores del PSUV y grupos aliados, que forman el Gran Polo Patriótico, existe un escenario muy parecido a la oposición. Se aprecia claramente un grupo pequeño, que es la maquinaria electoral (especialmente empleados y movimientos sociales), que votará por las alternativas que presente el PSUV. Y otro grupo, que es una gran fuerza dentro del Polo, que espera que se produzca una implosión y a su vez permita una salida o alternativa democrática en las estructuras de poder.
-Pero, ¿qué papel puede jugar la Fuerza Armada, tomando en consideración que el Plan República participó en la escogencia de miembros de la Constituyente?
-En las democracias modernas, el papel de las fuerzas armadas es el del resguardo de la nación. En Venezuela así lo plasma nuestra Constitución. El estilo de gobierno que en los últimos 18 años ha tenido Venezuela le ha dado un tono beligerante a los militares de alto y medio rango. Y ya se ha hecho frecuente que un capitán hable públicamente de política como si fuese un diputado del Consejo Legislativo o un parlamento de la Asamblea Nacional o el dirigente de un partido político. Entregarle el papel decisorio a la fuerza armada convierte al Gobierno en un régimen de un Estado fallido, como está pasando con nuestro país.
-¿Por qué Venezuela ha llegado a ser un estado fallido?
-No hay autonomía de poderes, porque incluso la Asamblea Nacional electa por 14 millones de ciudadanos desde el mismo momento en que se conocieron los resultados que favorecían a la oposición, fue desconocida por el Ejecutivo nacional y como todos los demás poderes están bajo su dominio, inmediatamente comenzaron a tomarse decisiones contra el Poder Legislativo. Y ahora con una Constituyente integrada por solamente activistas del partido oficialista, todo ha quedado bajo la tutela de quienes gobiernan, el Presidente de la República y la Fuerza Armada. No se respetan los derechos humanos, que es un principio consagrado en la Constitución. Eso saca al país del contexto de los tratados internacionales en lo que se refiere a los enfoques planteados en la democracia del mundo: libertad, pluralidad e igualdad.
-Dentro de ese cuadro ya existe la disposición de realizar las elecciones de gobernadores.¿Cómo ve el panorama para las primarias?
-A mes y medio de haberse realizándola consulta interna de la oposición sobre la Constituyente, el papel de la Fuerza Armada y una decisión en torno a los poderes públicos en Venezuela y a tres semanas de haberse activado una
Asamblea Constituyente fraudulenta, el escenario electoral de las primarias dará claridad sobre el poder de convocatoria que pueda tener la MUD.
Abrir espacios
-Pero, usted ha cuestionado el funcionamiento de la MUD. ¿En qué sentido?
-Está desdibujada de los requerimientos que el país apremia. No todas las decisiones políticas que tome la MUD tienen aceptación con respecto a la sociedad democrática que los apoya. Importante es que las fuerzas de la sociedad civil, los grupos organizados, tengan mayor cabida en la toma de decisiones que este grupo político de cinco factores (AD, Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y Avanzada Progresista) tiene en esta coyuntura. Para los próximos escenarios electorales es imperativo una apertura nacional y regional de la MUD a los grupos sociales.
-En ese sentido, se ha planteado muchas veces la incorporación de diversos sectores a la MUD, pero sus actores sostienen que esta es una plataforma política.
-Ciertamente, pero necesita ante un adversario militarista, como el que existe, la cohesión de todos los actores políticos de la sociedad, no solamente los partidistas. La experiencia de Chile con la Concertación y la experiencia de los 20 años de cogobierno entre los partidos políticos y la sociedad es el mayor ejemplo para verse en ese espejo Venezuela.
-¿Qué pasará con María Corina Machado, su grupo político Vente Venezuela, y los líderes inhabilitados?
-De los inhabilitados, Leopoldo López y Henrique Capriles, tienen el 53 por ciento de la captación del voto en los grupos democráticos. Sus intervenciones, sus reflexiones, van a ser de carácter vinculante para una sociedad partidaria y no partidaria. En el caso de la señora María Corina y su organización es una de las nuevas protagonistas de la política nacional como en su momento pudo haber sido el partido social cristiano en el 46 y el MAS en el 73. Los factores democráticos que hacen vida dentro de la MUD deben darle espacio y autonomía a ella aunque sus actuaciones se desdibujen de las decisiones nacionales.
Falcón y Florido
-¿Cómo ve el escenario político larense?
-Primero, hay un actor político que tiene 18 años en poder, en diferentes etapas. Nos referimos al gobernador Henri Falcón. Desde el punto de vista constitucional, nada lo limita a reelegirse. Pero, una parte del estado, donde él es influyente, está en contra de las políticas nacionales de la reelección indefinida, que pudiera convertirse en una sanción más que todo moral, que se reflejaría en la pérdida de un caudal importante de su votación. No sabemos si para que pueda perder o para no ganar holgadamente. El caso del señor Luis Florido los partidos que lo representan tienen una alta incidencia en los procesos de lucha y cambio de los últimos 120 días del país. Si ese caudal pudiese movilizarse y convertirse en votos en las primarias, la hegemonía del poder del actual gobernante en Lara pudiese verse en peligro.
El reto de Meléndez
-Y del lado contrario, ¿no podría Carmen Meléndez rescatar la gobernación?
-La constituyentista Carmen Meléndez, tiene primero una división interna dentro de su partido. Ella representa, en el caso de Lara, al madurismo y Lara es gobernado desde hace 18 años por el clan de los Reyes. Segundo, todos los estudios de opinión hasta después de la Constituyente, la colocan con apenas un 5 por ciento de aceptación en la intención del voto. Aunque haya una abstención de un 30 por ciento es cuesta arriba su triunfo.
-¿Cómo observa la campaña por parte del gobierno nacional para atraer a la población hacia Carmen Meléndez?
-A seis semanas de realizarse el proceso para la escogencia de gobernadores en Venezuela, es muy cuesta arriba que se de un fenómeno como el Dakazo. Porque muy a pesar de que se están entregando, bonificación a madres de barrio y a quienes tienen la tarjeta de la patria, las cajas de comida conocidas como Clap y las becas estudiantiles, es cuesta arriba que cada hogar venezolano pueda resolver su problema económico cuando para comprar la canasta básica se necesita un millón y medio de bolívares según los estudios del CENDA. Queda sólo tomar las mejores decisiones en el caso de los actores políticos que hacen vida dentro de la MUD.