“Todo el mundo debería aprender a programar un ordenador, porque este enseña a pensar” (Steve Jobs)
Steve Jobs fue el visionario que contribuyó notablemente a la evolución de la tecnología; fundó Apple, sus inventos dieron un vuelco al mundo de las comunicaciones, basó su vida en la innovación, la industria de la animación etc. Poseedor de un gran coeficiente intelectual, según sus propias palabras, basaba su trabajo en hacérselo difícil a la gente para hacerlos mejores.
Respecto a la razón de estar en este mundo no buscaba en la gente a la que se lo preguntaba, una respuesta literal, buscaba lo que había debajo de esa respuesta. Este genio surgió a la vida cuando por primera vez vio un terminal informático y se enamoró por completo de este elemento. Halló su espléndida mina.
A quien posee un verdadero talento nadie puede extraviarlo ni pervertirlo. Según los estudiosos de la materia, el primer talento que se desarrolla en el hombre es el musical. A Mozart se le desarrolló a los cinco años de edad, a Beethoven a los ocho años, a Hummel a los nueve años. El talento es un milagro verdaderamente inexplicable. Lo nativo y congénito de este don y su parte natural como base de lo adquirido es su total espontaneidad.
Para emprender el camino que nos lleve lejos es necesario aprender de todo lo que se ve, se palpa, se siente y se oye hasta que algo nos llame la atención y nos diga: sígueme, trabaja, ama la veta que encontraste, pule tu joya y avanza, el mundo es tuyo. Así imagino es el camino de todos los que queremos lograr algo y llegar lejos. Unos lo lograrán, otros seguiremos en el empeño de avanzar, amando lo que hacemos, aprendiendo de los maestros. Steve Jobs siempre se conectó con los grandes cerebros. Su frase debido a esto de unirse a los mejores es esta en la que debemos reflexionar no para llegar a ser genios, sí en cambio para saber el terreno que pisamos y hacerlo cada vez mejor, más fuerte, seguro y más nuestro. Su consejo: “Aléjense del promedio de lo mediocre y enderecen su rumbo siguiendo los pasos de su corazón”.
Gran observador fue Aristóteles de aquellos que se destacaban sin mucho esfuerzo. Daba el nombre de entelequia a quienes indagaban la perfección dentro de sí mismos. Al lograrlo y sacarlo a flote le daba el gran beneficio a quien lo poseyera de haberse ganado un trozo de eternidad, porque los pocos años que la entelequia pasa unida al cuerpo terrenal no la envejecen, al contrario mantienen la vida dispuesta y satisfecha de sus creaciones. El vigor y talento fortalece al genio físicamente, convirtiéndolo en rico y joven por una eternidad.
Nada fácil es ganarse un reconocimiento superándose para llegar a la perfección, posiblemente a muchos se nos vaya la vida entera intentándolo sin lograrlo. Para una gran cabeza un cerebro bien organizado. Solo el talento nato sabe el camino y lo encuentra fácil. La capacidad del genio es el retrato de un hombre que tiene el poder de seducir a otros, solo porque actúa diferente, piensa diferente: “El ascenso al más brillante cielo de la invención comienza cuando un cerebro loco busca convertir el silicio en oro” (Steve Jobs)
Por mi parte no me ha sido fácil para siquiera poder decir que sé algo, pero no me detengo, seguiré arando con mis viejos bueyes-No tengo otra manera de arar que mi propia escuela de crecimiento, mi curiosidad, experiencias y vivencias. Tampoco quiero otra escuela. Siempre hay algo por descubrir, seguiré mi camino…
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