“Se nos ha ido un guerrero”, es la frase dada por la representación estudiantil de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) ante la partida física del rector Francesco Leone Durante. Una pérdida que aflige no solo a la comunidad uclaista, sino a toda aquella persona que tuvo la dicha de conocer a este personaje, fuerte de carácter pero defensor a capa y espada de la academia.
Luego de un mes en delicado estado de salud, Leone falleció ayer en la madrugada, dejando una vacante que será insustituible luego de su gestión que se mantuvo durante 15 años, siendo el primer egresado de la UCLA en ocupar el cargo de la máxima autoridad dentro de la institución.
Nacido el 17 noviembre de 1944 en Bernalda, Italia; Leone pasó más de la mitad de su vida en la casa de estudios que dirigió. Iniciándose como estudiante en la carrera de contaduría pública en 1968. Desde ese momento se mostró interesado y preocupado por su alma mater, especialmente, por la autonomía de la misma, así como las mejoras en el aspecto social y económico.
Egresó de la UCLA en 1974, pero no se alejó de las aulas, su preparación continuó al realizar una especialidad de administración presupuestaria y el curso de administración ejecutiva gubernamental. Sus capacidades le permitieron ejercer cargos como Director de la Escuela de Administración y Contaduría UCLA; años más tarde ocupó el puesto de vicerrector administrativo durante dos periodos, para posteriormente ser electo, en el año 2002, como rector de la UCLA. Fue ratificado en el 2006 y si bien en el 2010 correspondía realizar nuevas elecciones, está aún no se ha producido.
Leone fue un eterno dedicado a la universidad que representó durante 15 años como la mayor autoridad. A pesar de todas las complicaciones que significaba tener en sus manos la universidad más importante del estado Lara y una de las más destacadas a nivel nacional.
Si bien su carácter era autoritario y no dudaba en expresar sus pensamientos de manera directa, el rector se encargó de trabajar en pro de la academia, sin darle mayor importancia a los señalamientos que podía recibir de ciertos sectores tanto internos como externos.
Una de las luchas más fuertes que debió vivir como rector fue el inicio del decaimiento presupuestario, destacando el año 2007 cuando comenzaron actividades con un presupuesto reconducido.
No obstante, el rector estaba convencido que más allá de lo económico, lo que mantenía a la UCLA era la mística de sus trabajadores y la fuerza del estudiantado por tener una educación de calidad.
En reiteradas oportunidades declaró que se había convertido en un “pagador de nómina”, situación que le incomodaba debido a que no tenían los recursos para realizar los diferentes planes que tenía pensado con la UCLA.
Entre los planteamientos realizados por Leone, estaba la incorporación de nuevas carreras e incluso, un nuevo decanato, como lo es el de Humanidades y Artes. Esta meta la logró cumplir de manera parcial, puesto que pudo sacar adelante los cursos de pregrado correspondiente a ingeniería en producción, artes plásticas, música, economía, psicología y desarrollo humano; adeudando únicamente odontología y filosofía, así como la intención de concretar la modalidad de estudios a distancia; otro de los sueños de Leone.
Durante su gestión también pudo hacer de la UCLA una institución al servicio de la colectividad, con la intención de ofrecer sus conocimientos y aportar las ayudas correspondientes a las distintas áreas que se desarrollan en la universidad.
Con el tiempo en el cargo, esperando unas elecciones que nunca llegaron, el agotamiento ya era evidente, puesto que siete años por encima del periodo que fue electo comenzaban a ser tediosos para manejar; especialmente en el caso de la UCLA, que por mantener una posición firme, así como otras universidades del país, era perjudicada al no contar con un presupuesto acorde a la realidad del país.
Si bien durante los últimos años la academia ha vivido una condición complicada, a Leone era común encontrarlo reunido con cualquiera de los sectores, desde los estudiantes, hasta los trabajadores de los distintos gremios; siempre en búsqueda de una solución para las necesidades del que fue su hogar durante 49 años.
Como tinta indeleble
La labor de Leone como rector marca un hito en la UCLA, una marca indeleble y así lo expresaron diferentes personalidades que pudieron estar cercanas a él desde el punto de vista académico, en donde, a pesar de las diferentes visiones, encontraban un punto para alcanzar acuerdos, demostrando así su indiscutible entrega al trabajo que ejercía.
La presidenta de la Asociación de Profesores de la UCLA (Apucla), Débora Velásquez, notablemente afligida por la noticia expresó que se trata de una importante pérdida, especialmente para la colectividad universitaria.
“Podíamos tener diferentes posiciones, pero siempre nos regimos por el respeto”, aseguró Velásquez, quien además detalló que por coincidencias de la vida, llegó a tener una amistad con Leone. “Por la vía de la comunicación lográbamos solventar los problemas”.
El último recuerdo que tiene la presidenta de Apucla del rector, es cuando este acompañó a los trabajadores a exigir un pago que mantenían retenido, demostrando así su dedicación al cargo que ocupaba.
Los estudiantes tampoco dudaron en expresar sus condolencias ante la dolorosa partida. Luis Villavicencio, miembro del Centro de Estudiantes del Decanato de Ciencias Económicas y Empresariales (DCEE) señaló la conmoción que hay en el entorno universitario ante la muerte de Leone.
“Estamos de luto porque la universidad es una gran familia”. Destacó que mantenían una buena relación con la autoridad y lamenta su partida, especialmente en el momento crítico que está viviendo la UCLA.
A su criterio, Leone no duda en fijar una posición con respecto a la situación que se le presentara, especialmente si de injusticias se trataba. “Era un luchador”, dijo.
Para Villavicencio, quien rigió a la UCLA durante los últimos años quedará como un ejemplo de entereza y dedicación para el estudiantado.
Agradeció la comprensión que tuvo con los universitarios, puesto que no dudó en entender la irreverencia que caracteriza no solo a los estudiantes de la UCLA, sino a la juventud en general. De esta marca de Francesco Leone queda estampada en la academia en cada uno de sus aspectos.
Paz a su alma.