Un lavaplatos despedido mató a un chef y mantuvo como rehén a otra persona durante unas tres horas el jueves antes de que la policía lo baleara en un restaurante muy concurrido de un área turística del centro de Charleston, informaron las autoridades y uno de los propietarios del local.
El rehén fue liberado ileso, dijo el alcalde John Tecklenburg. El tiroteo ocurrió en el restaurante Virginia’s en King Street, una calle que suele estar llena de turistas y residentes que visitan sus tiendas y lugares de buena comida en la ciudad más grande y más histórica de Carolina del Sur.
Tecklenburg rápidamente dijo que el tiroteo fue el “acto de un empleado disgustado” y no un atentado terrorista ni un crimen de odio en una ciudad donde nueve feligreses negros fueron asesinados por un blanco dentro de una iglesia hace dos años.
“Este fue un caso trágico de un individuo trastornado, creo, con antecedentes de algunos problemas de salud mental”, afirmó Tecklenburg en una conferencia de prensa.
Las autoridades no dieron a conocer el nombre del agresor ni del empleado al que mató. En un principio señalaron que creían que había “un par” o “un pequeño número” de rehenes.
Se reportó la balacera poco después del jueves al mediodía.
Peter Siegert, de 73 años, y su hijo Peter Siegert IV, de 45, dijeron que justo después de que varias meseras y trabajadores de la cocina salieron sin decir palabra, un hombre con un delantal y un arma de fuego salió de la cocina y cerró la puerta principal, de acuerdo con un reporte del periódico The Post and Courier de Charleston.
“Soy el nuevo rey de Charleston”, afirmó el hombre, según los Siegert.
El hombre les dijo a los comensales que pasaran a la parte de atrás del restaurante. Los Siegert escaparon por una puerta trasera.