Ante la posibilidad de que el Ejecutivo nacional, dentro de sus nuevas medidas económicas que ha anunciado que tomará estos días, figure un nuevo aumento en el salario mínimo para el sector público y privado, el Dr. Edgar Urbáez, abogado, economista y docente universitario, considera que una decisión de esa naturaleza agravaría la situación económica de los trabajadores y sus familias.
Porque es un error descomunal que en medio de un proceso inflacionario que cada día cobra mayor impulso, el Gobierno no tenga claro que cada vez que le incrementa el ingreso a los trabajadores, estos ven disminuida su capacidad adquisitiva porque los precios de la canasta alimentaria, que se ha convertido en el punto de referencia de su nivel de vida, se eleva en forma considerable.
Pero, no sólo hay una elevación de precios en los productos de consumo diario, sino que las pequeñas y medianas empresas van reduciendo sus nóminas, porque no pueden cubrir los aumentos por la sencilla razón de que generalmente carecen de materia prima y esta también cada vez registra mayor valor porque el dólar para adquirirla igualmente varía diariamente su precio en el mercado nacional.
Ya se está haciendo rutinario que aceras, plazas y cualquier sitio se convierta en sitio de expendio de alimentos porque la economía informal está desparramada por todas las ciudades, ya que los desempleados no han encontrado otra forma de sobrevivir que convirtiéndose en buhoneros.
Lamentablemente, los bienes y servicios escasean por la misma situación económica.
Y el peligro que se cierne sobre los niños es muy grave, ya que como están siendo muy mal alimentados corren el riesgo de sufrir taras en su desarrollo.
Los estudios realizados hasta ahora indican que cada persona ha experimentado en promedio una pérdida de ocho kilos en el año, lo cual significa que nuestra población está propensa a sufrir serias enfermedades por su mala alimentación.
En medio de esta crisis, donde los alimentos que están en el mercado tienen precios muy elevados y que no hay medicinas suficientes para atender a los pacientes, no se concibe cómo el régimen no entienda la magnitud de los problemas que ha venido causando la aplicación de su errada política.
De las 15 mil empresas que existían cuando se implantó este sistema de gobierno, apenas se mantienen unas 3.000, que están operando por debajo del 40 por ciento.
Dice el Dr. Urbáez que este régimen no puede ser considerado socialista, ya que en el aspecto económico se rige por el capitalismo.
Un sistema socialista es distributivo porque en su esencia predomina el aspecto social; pero, aquí vemos que los problemas surgidos por las medidas económicas lo que han traído como consecuencia es que cada día vamos en retroceso hacia el pasado.
Se pretende comprar la conciencia de la población con pagos por la llamada tarjeta de la patria, pero lo que se está es generando más pobreza.