El gobierno de Panamá anunció el martes que exigirá visa estampada de ingreso a los venezolanos a partir del 1 de octubre debido a la crisis política en el país sudamericano y por razones «de seguridad», aunque al mismo tiempo informó que regularizará a millares de ellos como gesto solidario.
La decisión panameña podría desalentar a muchos venezolanos que buscan viajar a la nación centroamericana, que según las autoridades ha recibido en los últimos años a más de 60.000 migrantes de ese país, inmerso en una profunda crisis política y económica. Santa Lucía tomó recientemente una medida migratoria similar.
El presidente Juan Carlos Varela dijo en cadena nacional que adoptó la decisión «ante la ruptura del orden democrático en Venezuela», que según el mandatario pone en riesgo «nuestra seguridad, nuestra economía y las fuentes de empleos» a raíz del masivo flujo migratorio de esa nación.
Informó que, al mismo tiempo y por razones humanitarias, regularizará el estatus migratorio de unos 25.000 venezolanos que han sido censados en los últimos meses.
El anuncio fue efectuado varios días después de que Varela anticipara que iba a tomar medidas migratorias a raíz de los últimos acontecimientos en Venezuela y en el marco de la gira del vicepresidente estadounidense Mike Pence por Latinoamérica, en la que procuró que varios aliados de Estados Unidos ejerzan mayor presión sobre Caracas para obligar a una salida a la crisis venezolana.
Panamá ha visto crecer el ingreso masivo de venezolanos en los últimos años, lo que ha inquietado a grupos opuestos a los inmigrantes.
«Se trata de medidas difíciles, pero la situación en Venezuela ha empeorado», agregó Varela, y mencionó la reciente decisión de la Asamblea Nacional Constituyente de asumir las funciones de la Asamblea Nacional, dominada por la oposición.
El gobierno centrista de Varela ha ido incrementando paulatinamente sus críticas hacia el gobierno de Maduro, al tiempo que ha impulsado algunas acciones ante el ingreso masivo de inmigrantes, particularmente de venezolanos y colombianos. En mayo, por ejemplo, recortó de 180 a 90 días el periodo de estadía para los turistas de esas nacionalidades con el fin de evitar que permanecieran más de ese lapso y terminaran trabajando sin autorización.
Las autoridades panameñas no han dado cifras claras ni coincidentes de cuántos venezolanos han ingresado en los últimos tiempos y qué cantidad se queda de manera irregular. De acuerdo con el Servicio Nacional de Migración de Panamá, en los últimos ocho años se otorgaron más de 20.000 permisos de residencia a venezolanos, aunque se desconoce a ciencia cierta cuántos permanecen sin sus documentos al día.
La exigencia de visas no fue bien vista por algunos ex funcionarios panameños críticos del gobierno de Maduro, que la consideraron contradictoria.
«No creo que esa medida se compagine con esa política de cooperación con el proceso democrático de Venezuela y con la crisis que vive ese país», dijo el ex embajador de la OEA en Panamá, Guillermo Cochez, al canal local Telemetro.