La exfiscal general de Venezuela Luisa Ortega, quien huyó del país denunciando una persecución política, llegó la madrugada de este miércoles a Brasil procedente de Colombia prometiendo airear casos de corrupción después de que el presidente Nicolás Maduro anunciara que pedirá su orden de captura a Interpol.
Ortega estaba custodiada por guardias a su llegada al aeropuerto de Brasilia, donde el miércoles participará en una cumbre de fiscales del Mercosur invitada por la fiscalía brasileña.
«Sí, voy a hablar de Odebrecht, el caso de corrupción en Venezuela y mi situación», dijo a periodistas la exfiscal, que afirma tener pruebas de supuestos pagos ilegales de la constructora brasileña Odebrecht a funcionarios venezolanos, incluyendo a Maduro.
Horas antes, desde Caracas, el presidente venezolano sacó sus garras contra la exfuncionaria, que apoyaba al fallecido presidente Hugo Chávez pero rompió con Maduro a finales de marzo tras denunciar un quiebre del orden constitucional en el país caribeño.
«Venezuela va a solicitar ante la Interpol un código rojo a estas personas involucradas en delitos graves», dijo Maduro aludiendo a Ortega y su esposo, el diputado Germán Ferrer.
La advertencia del gobernante socialista coincidió con el viaje de la exfuncionaria a Brasil, después de su llegada a Colombia el pasado viernes junto con su marido, burlando una prohibición que le impuso el máximo tribunal de su país.
«Andas con la oligarquía colombiana, con los golpistas brasileños. Dime con quién andas y te diré quién eres», dijo Maduro dirigiéndose a la exfuncionaria destituida el pasado 5 de agosto por la Asamblea Constituyente que rige en Venezuela con poderes absolutos.
Brasilia no se pronuncia
Este órgano, que tomó los poderes del Parlamento de mayoría opositora, es desconocido por Estados Unidos, Colombia y varios gobiernos de la región por considerarlo un paso hacia «una dictadura».
La exfiscal salió de Bogotá un día después de que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, le ofreciera asilo. Rumbo a Brasil, hizo escala en Panamá.
Hasta el momento, el gobierno de Michel Temer no ha hecho ninguna referencia pública a la llegada de Ortega, pese a ser muy crítico con el gobierno chavista a diferencia de sus predecesores Lula da Silva o Dilma Rousseff.
Y es incierto si la Interpol aceptará el pedido de captura anunciado por Maduro. En sus estatutos, el organismo de policía internacional tiene «rigurosamente prohibido intervenir en cuestiones o asuntos de carácter político, militar, religioso o racial».
Pero los analistas ven mensajes claros en los viajes de Ortega, primero, a Colombia y, ahora, en Brasil.
«Esto resalta aún más esa distancia entre el gobierno de Venezuela y la mayoría de países vecinos», dijo a la AFP Mauricio Santoro, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro.
La ira de Caracas
Maduro acusó a Ortega de trabajar «desde hace tiempo con Estados Unidos para hacerle daño» a su gobierno.
«Estados Unidos logró chantajear al exdiputado Germán Ferrer, lo chantajearon porque le descubrieron cuentas en el mundo entero. Lo quebraron moralmente», afirmó Maduro.
Ferrer enfrenta una orden de captura por supuestamente liderar una red que extorsionaba a empresarios petroleros corruptos desde la Fiscalía.
El presidente venezolano también enfiló contra Santos, luego que éste declarara «bajo protección» de su gobierno a Ortega, quien asevera que las acusaciones contra ella y su esposo son parte de una «persecución política».
«Ojalá usted rectifique y se baje de la nube de prepotencia que tiene en Bogotá», dijo Maduro dirigiéndose a su homólogo colombiano.
El divorcio definitivo entre Ortega y Maduro vino con la instalación de la Asamblea Constituyente convocada por el delfín de Chávez para reescribir la Constitución, entre protestas opositoras en medio de la grave crisis económica del país que dejaron 125 muertos entre abril y julio.
Ortega trató de frenar la Constituyente con varios recursos judiciales que fueron desestimados.
El órgano, elegido el 30 de julio sin la participación de la oposición -que lo considera un «fraude»- tomó revancha y destituyó a Ortega en su primera sesión.
El vínculo con Odebrecht
Antes de llegar a Bogotá, la exfuncionaria participó por videoconferencia en un encuentro de fiscales que se llevó a cabo el viernes en Puebla, México.
Allí, Ortega acusó a Maduro de estar involucrado en el megaescándalo de corrupción de la firma brasileña Odebrecht.
«Tenemos el detalle de toda la cooperación, montos y personajes que se enriquecieron y esa investigación involucra al señor Nicolás Maduro y a su entorno», dijo la exfuncionaria.
El domingo Maduro contraatacó en una entrevista en la televisión venezolana, donde afirmó que la exfiscal bloqueó investigaciones que él ordenó sobre casos de corrupción.
Según el gobernante, Ortega alertó a empresas vinculadas con el sector petrolero que estaban bajo sospecha, a cambio de «millones de dólares».