Al cierre del presente mes, la masa de billetes que se encuentra en circulación será de 30 billones de bolívares, según el Dr. Orlando Zamora, analista financiero, al ser entrevistado por EL IMPULSO.
Es una cantidad fabulosa: 30 acompañada de doce ceros.
En estos momentos se ha podido ver que algunos comerciantes no quieren recibir los billetes de baja denominación, los de diez y veinte bolívares, porque el volumen de ellos es muy grande para las operaciones que realizan los clientes. Y al mismo tiempo sigue circulando en grandes cantidades el billete de cien bolívares, porque los de alta denominación, anunciados a fines del año pasado, son muy escasos.
Reemplazar el cono monetario de Venezuela requiere por lo menos 800 millones de dólares; pero, el Ejecutivo nacional no dispone de ese monto porque existe un serio problema de falta de divisas.
La agudización del problema de la moneda se debe a una cantidad de factores que se venían observando, explica el Dr. Zamora, quien por muchos años fue funcionario del Banco Central de Venezuela. Uno de ellos, la falta de impresión de billetes nuevos, ya que los que han salido apenas representan el 4 por ciento de todos los billetes que están circulando. El que todavía tiene mayor circulación es el de 100 bolívares, que cubre el 45 por ciento del circulante. Esta es la culminación de un proceso muy improvisado. El anterior presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, había ordenado billetes de 500 y 1.000 bolívares, que constituyen el 30 por ciento de la circulación. Y las solicitudes para los de denominación alta, diez y veinte mil, fueron hechas a destiempo.
-¿Cómo se explica que se haya anunciado la recogida de billetes de cien para darle paso a los nuevos y estos casi no se ven?
-Es un engaño en vista de la magnitud de la demanda. Llegaron, según el Gobierno, más de quince entregas con 5 mil millones de billetes nuevos en diez meses. Pero, tampoco hubo veracidad por parte del Estado de lo que se imprimió. El problema es mucho más de fondo. Tiene que ver con la profundización de la inflación, que ya se ha convertido en un proceso de hiperinflación, donde los precios ascienden por ascensores y los billetes van lentamente por las escaleras. Hay un problema de poder adquisitivo, del poder de compra, que los aumentos de precios son tan elevados que deja rezagado al cono nuevo monetario. Si a eso unimos los problemas de pago, la situación es muy grave, porque se han hecho obsoletos los medios electrónicos, los cuales colapsan todas las semanas, porque hay días en que se producen diez millones de operaciones, que los equipos no están en capacidad de atender.
Al mismo tiempo, en los bancos, las personas mayores no quieren los billetes de baja denominación y se tiene conocimiento que mucha gente está pagando a los cajeros para que le den billetes de alta denominación, lo que constituye un hecho de corrupción.
Igualmente, se ha presentado desviaciones de objetivos en el uso de equipos electrónicos en el comercio, ya que están cobrando comisiones para entregar dinero en efectivo. Sudeban unas veces ha estimulado el uso de este sistema y otras amenaza con sanciones.
Se viene registrando otra situación irregular con los servicios públicos, especialmente con el suministro de gas y la recolección de basura, comentó el Dr. Zamora. Ya es frecuente que las personas paguen mucho más por las bombonas de gas doméstico y para que los recolectores del servicio de aseo presten sus servicios.
-¿Qué podría aliviar el problema del efectivo?
-Ahorita tendría que imprimir billetes de alta denominación, incluso de 50 mil. El gran problema es que el Gobierno no tiene dólares para hacerlo, porque su costo es muy elevado.
-¿Cuánto requeriría?
-Para reemplazar todo el cono monetario se necesitan por lo menos 800 millones de dólares. Las casas que pueden hacerlo, en Canadá y Suecia, no lo hacen a crédito, sino que piden adelantado el costo de impresión. Y la Casa de la Moneda venezolana ni siquiera puede hacer las monedas, porque no tiene ni siquiera materia para acuñar las de níquel, ni dólares para adquirirlo.
El Banco Central de Venezuela ha venido, en los últimos ocho años, imprimiendo dinero para satisfacer la demanda planteada por el Ejecutivo nacional.
En este sentido, PDVSA recibe dinero del BCV para cubrir sus necesidades.
